sábado, 30 de julio de 2011

GLOTONERIA



La glotonería en el mundo pagano


¿Qué han producido que merezca respeto, con su filosofía? ¿Quién de entre los que pasan por los más notables estuvo exento de arrogancia? Diógenes, que con la fanfarronada de su tonel ostentaba su independencia, se comió un pulpo crudo y, atacado de un cólico, murió de intemperancia. Taciano (160 d.C.)

Algunos hombres viven para comer, como los animales privados de razón, para quienes su vida no es más que su vientre. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Hay quienes se atreven a llamar alimentación a la afanosa búsqueda de la glotonería que nos hace resbalar por los placeres dañinos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

En cuanto a las aves, buscan las de Fasis, las perdices de Egipto y el pavo de Media. Y tras aderezar todo esto con salsas, los glotones abren su boca, de par en par, ante los platos. Y todo cuanto produce la tierra, las profundidades marinas y el espacio inconmensurable del aire, todo se lo procuran con vistas a saciar su glotonería. Parece realmente como si estos infatigables golosos quisieran pescar en sus redes al mundo entero para satisfacer su gula. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

La glotonería humana no conoce límites; los empuja hacia los pasteles, las golosinas y los dulces, ideando una gran variedad de postres y descubriendo toda clase de recetas. Me da la impresión de que un hombre glotón no es más que boca. Clemente de Alejandría (195 d.C.)


Exhortación contra la glotonería


Luego, cuando te acucia el deseo de muchos negocios y el de muchas y costosas comilonas y borracheras y de varias lujurias que son impropias… cuando estas cosas, pues, entran en tu corazón, sabe que el ángel de maldad está contigo. Hermas (150 d.C.)

¿Qué clases de maldad, Señor, le dije, son aquellas de que hemos de abstenernos siendo templados? Oye, me dijo… del libertinaje y la embriaguez, de las muchas viandas y lujos de los ricos. Estas obras son las más perversas de todas en la vida de los hombres. Hermas (150 d.C.)

Fuimos destinados a dominar y a gobernar los alimentos, no a servirles de esclavos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

En verdad, la mayor parte de las cosas, para la mayoría de la gente existen solo en función de la comida. Sin duda, no se han dado cuenta de que Dios ha preparado para su obra, me refiero al hombre, alimento y bebida, para lograr su sustento, no para su placer. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

No es de provecho la hartura del cuerpo cuando el espíritu padece hambre. Tertuliano (197 d.C.)

¿Cuándo aprenderá la templanza el que ya está acostumbrado a las buenas cenas y a los grandes banquetes? Cipriano (250 d.C.)


 La modestia de los cristianos en cuanto a los alimentos 


Porque los cristianos no se distinguen del resto de la humanidad ni en la localidad, ni en el habla, ni en las costumbres. Pero si bien residen en ciudades de griegos y bárbaros, según ha dispuesto la suerte de cada uno, y siguen las costumbres nativas en cuanto a alimento. Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)

Porque algunos, a causa de sus excesos en la comida, acarrean debilidad a la carne, y dañan su carne, mientras que la carne de los que no tienen nada que comer es dañada por no tener suficiente nutrición, y su cuerpo es echado a perder. Este exclusivismo, pues, es perjudicial para ustedes los que tienen y no comparten con los que tienen necesidad. Hermas (150 d.C.)

Por todo lo que comemos, bendecimos siempre al Hacedor del universo. Justino Mártir (160 d.C.)

A nosotros, Cristo nos invita a comer para vivir; ni el comer debe ser nuestra obsesión; ni el placer nuestra meta; sino que el alimento es necesario para facilitarnos nuestra estancia aquí en la tierra. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Nuestro alimento sea simple y sin refinamiento, como corresponde a la verdad; que se ajuste a la conveniencia de niños sencillos y simples, y que sirva para la vida, no para la sensualidad. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Nosotros en cambio que dirigimos nuestros pasos en busca del alimento celeste, debemos dominar el vientre que se encuentra bajo el cielo, y , más aún, todo aquello que le es agradable, cosas que “Dios destruirá” dice el apóstol, ya que repudia, como es natural, los deseos de la gula. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

No hemos sido creados para comer y beber, sino para llegar al conocimiento de Dios. “El justo come hasta saciar su alma: pero el vientre de los impíos tendrá necesidad,” porque centran su deseo en las golosinas. No debe emplearse la riqueza para satisfacer nuestros solos placeres, sino para compartirla con los demás. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Por esto mismo, para que aumenten sus fuerzas, a los atletas se los pone también aparte, y se los aleja de los placeres sensuales, de las comidas delicadas y de las bebidas excitantes. Los violentan, los mortifican y los fatigan porque cuanto más se ejercitan, tantos más seguros estarán de la victoria. Y éstos, según el apóstol, lo hacen para conseguir una corona perecedera, mientras que ustedes para alcanzar una eterna. Tertuliano (197 d.C.)


LA AUTORIDAD MÁXIMA: LA PALABRA DE DIOS



Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
Filipenses 3:18-1


Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. 
Romanos 16:17-18



Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Mateo 24:38-39

Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 
Lucas 21:34


viernes, 29 de julio de 2011

LOS DOCE APOSTOLES


LOS DOCE APOSTOLES

Los apóstoles recibieron el evangelio para nosotros del Señor Jesucristo… y confirmados en la palabra de Dios con plena seguridad por el Espíritu Santo, salieron a proclamar las buenas nuevas de que había llegado el reino de Dios. Y así, predicando por campos y ciudades, por todas partes, designaron a las primicias (de sus labores), una vez hubieron sido probados por el Espíritu, para que fueran obispos y diáconos de los que creyeran. Clemente de Roma (30-100 d.C.)

Yo acostumbraba inquirir lo que habían dicho Andrés, Felipe, Tomás, Jacobo, Juan, Mateo o cualquier otro de los discípulos del Señor, y lo que están diciendo Aristión y el anciano Juan, los discípulos del Señor. Porque los libros para leer no me aprovechan tanto como la viva voz resonando claramente en el día de hoy en (la persona de) sus autores. Papías (120 d.C.)

Por tanto, les exhorto a todos a ser obedientes a la palabra de justicia y a soportarlo todo, según vieron con sus propios ojos en… Pablo y en el resto de los apóstoles; estando persuadidos de que todos éstos no corrieron en vano, sino en fe y justicia, y que están en su lugar debido en la presencia del Señor, con el cual han sufrido también. Porque no amaron al mundo presente, sino a Aquel que murió por amor a nosotros y fue resucitado por Dios para nosotros. Policarpo (135 d.C.)

De Jerusalén salieran doce hombres a todo el mundo. Estos hombres eran sin letra ni estudios, ni preparados para disertar con elocuencia. Pero por el poder de Dios proclamaron a toda raza que fueron enviados por Cristo para enseñar la palabra de Dios a todos. Justino Mártir (160 d.C.)

(Cristo) tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza de Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos lugares predicando la doctrina de la verdad. Atenágoras (175 d.C.)

Mateo, (que predicó) a los hebreos en su propia lengua, también puso por escrito el evangelio, cuando Pedro y Pablo evangelizaban y fundaban la iglesia. Una vez que éstos murieron, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, también nos transmitió por escrito la predicación de Pedro. Igualmente Lucas, seguidor de Pablo, consignó en un libro “el evangelio que éste predicaba.” Por fin Juan, el discípulo del Señor “que se había recostado sobre su pecho,” redactó el evangelio cuando residía en Efeso . Ireneo (180 d.C.)

la iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo, que desde los apóstoles conserva la tradición y “la fe anunciada” a los hombres por los sucesores de los apóstoles que llegan hasta nosotros... Luego de haber fundado y edificado la iglesia, los apóstoles, entregaron el servicio del episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo. Anacleto lo sucedió. Después de él, en tercer lugar desde los apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y tradición de los apóstoles que todavía resonaba; y no él solo, porque aún vivían entonces muchos, los cuales habían recibido la doctrina de los apóstoles … Y esto muestra plenamente que la única y misma fe vivificadora que viene de los apóstoles ha sido conservada y transmitida en la iglesia hasta hoy. Ireneo (180 d.C.)

Finalmente la iglesia de Efeso, que Pablo fundó y en la cual Juan permaneció hasta el tiempo de Trajano, es también testigo de la tradición apostólica verdadera. Ireneo (180 d.C.)

Después de su resurrección, el Señor impartió conocimiento a Santiago el justo, a Juan y a Pedro. Y éstos a su vez al resto de los apóstoles. Y el resto de los apóstoles a los setenta, de los cuales uno de ellos fue Bernabé. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

La palabra apóstoles significa enviados. Tertuliano (197 d.C.)

Cuán dichosa es esta iglesia (de la ciudad de Roma), en la que los apóstoles derramaron toda su doctrina juntamente con su sangre, donde Pedro sufrió una pasión semejante a la del Señor, donde Pablo fue coronado con un martirio semejante al de Juan (el Bautista), donde el apóstol Juan fue sumergido en aceite ardiente sin sufrir daño alguno, para ser luego desterrado a una isla. Tertuliano (197 d.C.)

Porque, así como los apóstoles no enseñaron cosas diversas entre sí, así los varones apostólicos no enseñaron cosas contrarias a las de los apóstoles; a no ser que se admita que una cosa aprendieron de los apóstoles, y otra predicaron. Tertuliano (197 d.C.)

Después de Domiciano reinó Nerva un año, el cual mandó llamar a Juan de la isla (esto es, Patmos) y le permitió que residiera en Efeso. En este tiempo él era el único sobreviviente de los doce apóstoles, y después de escribir su evangelio recibió el honor del martirio. Eusebio (320 d.C.) 

Jesucristo mientras vivía en la tierra declaraba lo que él era, lo que había sido, cuál era la voluntad del Padre que él ejecutaba, qué deberes prescribía al hombre; y todo esto, ya abiertamente al pueblo, ya a sus discípulos aparte, de entre los cuales había escogido a doce principales para tenerlos junto a sí,
destinados a ser los maestros de las naciones. Y así, habiendo hecho defección uno de ellos, cuando después de su resurrección partía hacia el Padre mandó a los once restantes que partieran y enseñaran a las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.





BENDICIONES


jueves, 28 de julio de 2011

TEMPLOS



La actitud de los cristianos primitivos hacia los templos

El mismo templo de Jerusalén, no lo llamó Dios casa y morada porque lo necesitara, sino porque, atendiendo ustedes (los judíos) a Él por lo menos allí, no se dieran a la idolatría. Justino Mártir (160 d.C.)

(Escrito por un crítico pagano del cristianismo) Vamos a tratar de otro asunto. Los cristianos no pueden soportar la vista de templos, de altares ni de estatuas… Los persas comparten ese mismo sentimiento…” Sé de buena fuente que entre los per¬sas la ley no permite edificar altares, templos, es¬tatuas. Se considera locos a quienes lo hacen… El menosprecio de los cristianos hacia los templos, las estatuas y los altares es como el signo y la señal de reunión, misteriosa y secreta, que entre sí intercambian. Celso (178 d.C.)

Valioso era el templo de abajo (en el Antiguo Testamento), pero ahora es sin valor, a causa del Cristo de arriba. Melitón de Sardis (190 d.C.)

La Palabra, prohibiendo todo sacrificio y la construcción de templos, señala que el Todopoderoso no puede ser contenido por ninguna cosa. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Nosotros no vamos a los templos (de los paganos) ni de día ni de noche. Tertuliano (197 d.C.)

(Los cristianos) menosprecian los templos como si fueran casas de los muertos. Marco Minucio Félix (200 d.C.)
¿Por qué (los cristianos) no tienen altares, ni templos, ni estatuas conocidas, por qué nunca hablan en público ni se reúnen a la vista de todos…? Marco Minucio Félix, citando a un pagano antagonista (200 d.C.)

¿Piensas que ocultamos lo que adoramos, porque no tenemos templos ni altares? ¿Qué imagen de Dios voy a modelar, cuando, si bien lo consideras, el mismo hombre es imagen de Dios? ¿Qué templo le voy a construir, si el mundo entero, que es obra suya, no puede contenerlo? Y yo mismo, que como hombre habito holgadamente ¿voy a encerrar a un ser tan majestuoso dentro de un pequeño templo? Marco Minucio Félix (200 d.C.)

Nosotros rehusamos construir templos sin vida para el dador de la vida. Orígenes (248 d.C.)

Primero (nuestros perseguidores) nos ahuyentan. Y aunque estuviéramos solos, perseguidos por todos, y en peligro de ser muertos, guardamos nuestras celebraciones en tales tiempos. Y todo lugar que hubiese sido la escena de los continuos sufrimientos que acontecieron a algunos de nosotros, llegó a ser un lugar para nuestras reuniones solemnes: fuera un campo, un desierto, una barca, una posada o una prisión. Dionisio de Alejandría (262 d.C.)

Había cierto hombre en Frigia que quemó una asamblea entera de cristianos juntamente con el lugar donde se reunían. Lactancio (304-313 d.C.)

Ustedes dicen que nosotros no construimos templos ni adoramos sus imágenes… Pues qué honor y dignidad podemos atribuirlos para elevarlos en la misma posición que la cabeza y Señor del universo… ¿Acaso honramos (a Dios) con altares y construyéndole templos? Arnobio (305 d.C.)


El hombre, verdadero templo de Dios  

Porque ustedes son el templo del Dios viviente. 2 Corintios 6:16
Y, en efecto, hermanos míos, templo santo es para el Señor la morada de nuestro corazón. Bernabé (70-130 d.C.)

Pues inquiramos si existe un templo de Dios: Existe, ciertamente, allí donde Él mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Antes de creer en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios. Mas se edificaría en el nombre del Señor. Atiendan a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Apréndanlo. Después de recibido el perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el nombre del Señor, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón. ¿De qué manera? Porque en nosotros mora la palabra de su fe, el llamamiento de su promesa, la sabiduría de sus justificaciones, los mandamientos de su doctrina; profetizando Él mismo en nosotros, morando Él en persona dentro de nosotros, abriéndonos la puerta del templo, es decir, nuestra boca; dándonos penitencia, nos introduce a nosotros, que estábamos esclavizados por la muerte, en el templo incorruptible… Este es templo espiritual (el hombre) que se edifica para el Señor. Bernabé (70-130 d.C.)

Ustedes son piedras de un templo, preparadas de antemano para un edificio de Dios el Padre, siendo elevadas hacia lo alto por medio del motor (instrumento) de Jesucristo, que es la cruz, y usando como cuerda el Espíritu Santo. Ignacio (105 d.C.)

Hagamos todas las cosas considerando que Él vive en nosotros, para que podamos ser sus templos, y Él mismo pueda estar en nosotros como nuestro Dios. Ignacio (105 d.C.)

Mantengan su carne como un templo de Dios; amen la unión; eviten las divisiones; sean imitadores de Jesucristo como Él mismo lo era de su Padre. Ignacio (105 d.C.)

Y que nadie entre ustedes diga que esta carne no va a ser juzgada ni levantarse otra vez. Entiendan esto: ¿En qué fueron salvados? ¿En qué recobraron la vista si no fue en esta carne? Por tanto hemos de guardar la carne como un templo de Dios; porque de la misma manera que fueron llamados en la carne, serán juzgados también en la carne. Segunda de Clemente (150 d.C.)

Por eso dice que la carne creada es templo de Dios: “¿No saben que son templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno violase el templo de Dios, Dios lo destruirá; porque el templo de Dios es sagrado, y éste son ustedes.” Abiertamente llama templo al cuerpo en el cual habita el Espíritu. Así como dice el Señor: “Destruyan este templo, y en tres días lo resucitaré. Y esto lo dijo refiriéndose a su cuerpo.” Pero no sólo sabe que nuestros cuerpos son templos, sino que son templos de Cristo, como cuando dice a los Corintios: “¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Y tomaré los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una prostituta?” Ireneo (180 d.C.)

Por eso quiere que nuestra carne sea templo puro, para que el Espíritu de Dios se deleite en él, como el esposo en la esposa. Ireneo (180 d.C.)

La ley… ya no mandará guardar un día de reposo al que todos los días observa el sábado, es decir, al que rinde culto a Dios en el templo de Dios que es el cuerpo del hombre y practica siempre la justicia. Ireneo (180 d.C.)

Nuestros cuerpos son templos de Dios. Si alguien profana el templo de Dios con deseos lascivos o pecado será destruido; pues está actuando de modo impío con el verdadero templo. Hablando de templos en este sentido, el mejor y el más excelente fue el cuerpo puro y santo de nuestro salvador Jesucristo… Él les dijo: “Destruyan este templo y en tres días lo levantaré. Esto hablaba del templo de su cuerpo.” Orígenes (248 d.C.)

Hemos de portarnos como templos de Dios, para que sea una prueba de que el Señor habita en nosotros. Cipriano (250 d.C.)
Constantino permitió la destrucción de las iglesias que consisten simplemente en paredes que otra vez pueden ser levantadas. No obstante, ha preservado el verdadero templo de Dios que es el cuerpo del hombre. Lactancio (304-313 d.C.)

La iglesia, el verdadero templo de Dios, no consiste en paredes. Más bien en el corazón y la fe de hombres que creen en Él y son llamados fieles. Lactancio (304-313 d.C.)


LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS


Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more?    2 Samuel 7:5

El Dios que hizo todo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.   Hechos 17:24-25
  
Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Juan 2:19-21

si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:
    El cielo es mi trono,
    Y la tierra el estrado de mis pies.
    ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;
    ¿O cuál es el lugar de mi reposo?
    ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
!!Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.   Hechos 7:48-51
 
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación.   Hebreos 9:11
 
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.  Hebreos 9:24
 
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
    Habitaré y andaré entre ellos,
    Y seré su Dios,
    Y ellos serán mi pueblo. 
2 Cor 6:16
 
Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el señor.   1 Corintios16:19
 
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
1 Corintios 3:16-17

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
1 Corintios 6:19

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.  Efesios 2:20-22



BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com

ALTAR


ALTARES

Que nadie se engañe. Si alguno no está dentro del límite del altar, carece de pan [de Dios]. Porque si la oración de uno y otro tiene una fuerza tan grande, ¡cuánto más la del obispo y la de toda la iglesia! Por lo tanto, todo el que no acude a la congregación, con ello muestra su orgullo y se ha separado él mismo. Ignacio (105 d.C.)

Apresúrense a congregarse, como en un solo templo, Dios; como ante un altar, Jesucristo, que vino de un Padre y está con un Padre y ha partido a un Padre. Ignacio (105 d.C.)

Nuestras viudas deben ser sobrias en lo que se refiere a la fe del Señor, haciendo intercesión sin cesar por todos los hombres, absteniéndose de toda calumnia, de hablar con malicia, dar falso testimonio, amar el dinero y toda cosa mala, sabiendo que ustedes son el altar de Dios, y que todos los sacrificios son inspeccionados cuidadosamente, y nada escapa de Él, ni sus pensamientos ni las intenciones o alguna de las cosas secretas del corazón. Policarpo (135 d.C.)

(Escrito por un crítico pagano del cristianismo) Vamos a tratar de otro asunto. Los cristianos no pueden soportar la vista de templos, de altares ni de estatuas… Los persas comparten ese mismo sentimiento… Sé de buena fuente que entre los per¬sas la ley no permite construir altares, templos, es¬tatuas. Se considera locos a quienes lo hacen… El menosprecio que los cristianos muestran hacia los templos, las estatuas y los altares es como el signo y la señal de reunión, misteriosa y secreta, que entre sí intercambian. Celso (178 d.C.)

Dios, también quiere que nosotros ofrezcamos en el altar el don, con frecuencia y sin cesar nunca. Porque hay un altar en los cielos, al que todas nuestras ofrendas se dirigen; y un templo, como Juan dice en el Apocalipsis: “Se abrió el templo de Dios”; y sobre el santuario: “Apareció el santuario de Dios, en el que habitará junto con los hombres.” Ireneo (180 d.C.)

¿No nos creerán cuando decimos que el alma justa es el verdadero altar sagrado, y que el incienso que se levanta de él es la oración santa? Clemente de Alejandría (195 d.C.)

¿Por qué (los cristianos) no tienen altares, ni templos, ni estatuas conocidas, por qué nunca hablan en público ni se reúnen a la vista de todos…? Marco Minucio Félix, citando a un pagano antagonista (200 d.C.)

¿Piensas que ocultamos lo que adoramos, porque no tenemos templos ni altares? ¿Qué imagen de Dios voy a modelar, cuando, si bien lo consideras, el mismo hombre es imagen de Dios? ¿Qué templo le voy a construir, si el mundo entero, que es obra suya, no puede contenerlo? Y yo mismo, que como hombre habito holgadamente ¿voy a encerrar a un ser tan majestuoso dentro de un pequeño templo? Marco Minucio Félix (200 d.C.)

Ustedes dicen que nosotros no construimos templos ni adoramos sus imágenes… Pues qué honor y dignidad podemos atribuirlos para elevarlos en la misma posición que la cabeza y Señor del universo… ¿Acaso honramos (a Dios) con altares y construyéndole templos? Arnobio (305 d.C.) 


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com

miércoles, 27 de julio de 2011

ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO (LOS DOS PACTOS)



ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO (LOS DOS PACTOS)


Los herejes, tales como Marción y los gnósticos, argumentaron que las diferencias entre el antiguo y el nuevo pacto demuestran que estos pactos provienen de dos dioses distintos. Muchas de las citas siguientes fueron escritas por cristianos que refutaron esta falsa premisa.

Ahora bien, todo eso (el antiguo pacto) lo invalidó el Señor, a fin de que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, que no está sometida al yugo de la necesidad, tenga una ofrenda no hecha por mano de hombre. Y así dice de nuevo a ellos: ¿Acaso fui yo quien mandó a sus padres, cuando salían de la tierra de Egipto, que me ofrecieran holocaustos y sacrificios? ¿0 no fue más bien esto lo que les mandé, a saber: que ninguno de ustedes guarde en su corazón rencor contra su hermano y que no amaran el falso juramento? Bernabé (70-130 d.C.)

La ley dada sobre el monte Horeb es ya vieja y los atañe sólo a ustedes; pero la otra (la nueva) pertenece a todos absolutamente. Ahora bien, una ley puesta contra otra ley, anula la primera; y un testamento hecho posteriormente, deja igualmente sin efecto el primero. Y a nosotros Cristo nos ha sido dado como ley eterna y última y como testamento fiel, después del cual ya no hay ni ley ni ordenación ni mandamiento. Justino Mártir (160 d.C.)

(Escrito por un crítico pagano del cristianismo) Una última observación se impone: suponiendo que Jesús, en conformidad con los profetas de Dios y de los judíos, fuese el Hijo de Dios, ¿cómo es que el Dios de los judíos les ordenó, por medio de Moisés, que procurasen las riquezas y el poder, que se multiplicasen hasta llenar la tierra, que masacrasen a sus enemigos sin perdonar siquiera a los niños y exterminar coda la raza, lo que él mismo hace ante sus propios ojos, tal como cuenta Moisés? ¿Por qué los amenaza él, si desobedecieron sus mandamientos, de tratarlos como enemigos declarados, mientras que el Hijo, el Nazareno, formula preceptos completamente opuestos: el rico no tendrá acceso hasta el Padre, ni el que ambiciona el poder, ni el que ama la sabiduría y la gloria; no nos debemos inquietar con las necesidades de subsistencia más que los cuervos; es necesario preocuparnos menos de la vestimenta que los lirios; si les diesen una bofetada es preciso aprestarse a recibir una segunda? ¿Quién miente entonces: Moisés o Jesús? ¿Será que el Padre, cuando envió al Hijo, se olvidó de lo que le había dicho a Moisés? ¿Habrá cambiado de opinión, renegado de sus propias leyes y encargado a su mensajero el promulgar otras completamente contrarias? Celso (178 d.C.)

Todos los que defienden falsas teorías, y movidos por la ley de Moisés piensan que ésta es diferente y aun contraria a la doctrina del evangelio, no han puesto empeño en buscar los motivos de las diferencias entre los dos testamentos… Por nuestra parte, más adelante trataremos sobre el motivo de la diferencia entre los dos testamentos, y acerca de la unidad y acuerdo entre ambos. Ireneo (180 d.C.)

“El Señor me mandó en aquel momento enseñarles estos preceptos y mandatos.” Por este motivo en el nuevo pacto de la libertad abolió los mandamientos que les había dado como en figura para el estado de servidumbre. Ireneo (180 d.C.)
   
En uno y otro pacto se trata de la misma justicia en el juicio de Dios; sólo se diferencian en que, en el primero, se expresa en figura, de modo temporal y más limitado, y en el segundo de manera real, verdadero, para siempre y con precisión; pues el fuego es eterno, y del cielo se ha de revelar la ira de Dios… El castigo será mayor para los que caen en su justicia. De esta manera se amplió también el castigo de aquellos que no creen en la Palabra de Dios. Ireneo (180 d.C.)

En el Nuevo Testamento creció la fe de los seres humanos en Dios, al recibir al Hijo de Dios como un bien añadido a fin de que el hombre participara de Dios. De modo semejante se incrementó la perfección de la conducta humana, pues se nos manda abstenernos no sólo de las malas obras, sino también de los malos pensamientos, de las palabras ociosas, de las expresiones vanas y de los discursos licenciosos: de esta manera se amplió también el castigo de aquellos que no creen en la Palabra de Dios, que desprecian su venida y se vuelven atrás, pues ya no será temporal sino eterno. Ireneo (180 d.C.)

En cambio, con la venida del Señor, un nuevo pacto se extendió por toda la tierra, según habían dicho los profetas, como una ley de vida que habría de reconciliar los pueblos en la paz: “Porque de Sion saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra del Señor. El juzgará a muchas naciones, convertirá las espadas en arados y las lanzas en hoces, y ya no se prepararán para la guerra” Ireneo (180 d.C.)

Todos los apóstoles, en efecto, enseñaron que los dos testamentos corresponden a dos pueblos, mas uno solo y el mismo es Dios que dispuso uno y otro para el bien de la humanidad, ya que dio el primer pacto a quienes empezaban a creer en Dios, como hemos demostrado en el libro tercero a partir de la doctrina de los apóstoles. Y no se dio este primer pacto en vano, ni sin una finalidad, ni al acaso; sino que sometió al servicio de Dios a aquellos a quienes se les dio para su propio provecho, pues Dios no necesita del servicio de los seres humanos. Además, se les dio como una figura de los bienes celestiales, porque los seres humanos aún no eran capaces de soportar a ojo desnudo la visión de las cosas divinas; también prefiguró las realidades de la iglesia, a fin de que se afirmase nuestra fe; pues llevaba en sí la profecía de los bienes futuros, con el objeto de enseñar al género humano que Dios conoce de antemano todas las cosas. Ireneo (180 d.C.)

“La ley fue dada por medio de Moisés” no por Moisés, sino por Cristo Moisés se hizo intermediario, como siervo suyo; por eso fue una ley transitoria. Mas “la gracia eterna y la verdad han venido por medio de Jesucristo.” Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Dios manifiesta que el antiguo pacto es sólo temporal, al introducir cambios y prometer que el antiguo será seguido por un pacto eterno. Tertuliano (207 d.C.)

Nosotros admitimos que la epístola más decisiva contra el judaísmo es aquella con la cual el apóstol instruye a los gálatas. Puesto que reconocemos firmemente la abolición de la ley antigua, sostenemos que esto procede de la dispensación del Creador… Cristo señala el punto de separación cuando dice: “La ley y los profetas fueron hasta Juan.” De esta manera hizo de Juan el Bautista el límite entre las dos dispensaciones: las cosas antiguas (de la ley) que estaban terminando y las nuevas que estaban comenzando. Tertuliano (207 d.C.)

El antiguo pacto no es “evangelio” (buena nueva), porque no muestra al que había de venir, sino que lo anuncia; en cambio, todo el nuevo pacto es el evangelio, porque no sólo dice como al comienzo del evangelio: “Aquí está el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo,” sino que contiene diversas alabanzas y enseñanzas de aquel por quien el evangelio es evangelio. Orígenes (225 d.C.)

La antigua alianza es sombra de la realidad celeste, la cual ya está presente en la iglesia. Orígenes (225 d.C.)

Así pues, antes del evangelio que ha tenido lugar con la venida de Cristo, ninguna de las cosas antiguas era el evangelio. Pero el evangelio que es la nueva alianza, nos ha arrancado de la letra antigua y ha hecho resplandecer con la luz del conocimiento el Espíritu nuevo que jamás envejece, que es la novedad propia de la nueva alianza y que estaba depositada en todas las Escrituras. Orígenes (225 d.C.)

LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS


Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4

Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero.
Hebreos 8:13


Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.    Hebreos 10:8-9

y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;  Filipenses 3:9

Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor.    Lucas 5:36-39


Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?  Galatas 2:14


Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia  Hebreos 7:18


No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 5:17-18


No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Juan 5:45


de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;
conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,  1 Timoteo 1:6-10


Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.   Tito 3:9


Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.   Hebreos 8:13


Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.  Hechos 18:24-26


el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.     2 Corintios 3:6-11




Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.  Juan 1:17


Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Lucas 23:45


La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar. Lucas 11:31-32


!!Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.
Lucas 11:52


El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Mateo 13:52


Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
Marcos 14:24


No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.     Galatas 2:21


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com

ABORTO

ABORTO E INFANTICIDIO

El término “exponer infantes” se refiere a la práctica de abandonar a un bebé recién nacido al lado de los caminos o carreteras, dejándolo allí para que muera de frío o sea recogido por alguien, usualmente para ser criado como un esclavo o una prostituta.

Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida. Éxodo 21:22

No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. Bernabé (70-130 d.C.)

Mas el camino del ‘negro’ es torcido y lleno de maldición de los cuales son desconocedores de Aquel que los creó, asesinos de sus hijos por el aborto, destructores de la obra de Dios, que echan de sí al necesitado. Bernabé (70-130 d.C.)

No harás abortar a la criatura engendrada en la orgía, y después de nacida no la harás morir. Didaché (80-140 d.C.)

(Los cristianos) se casan como todos los demás hombres y engendran hijos; pero no se desquitan de su descendencia. Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)

Tan lejos estamos nosotros de perjudicar a alguno o de realizar alguna impiedad, que hemos recibido la enseñanza de que exponer a los niños aun recién nacidos, es de hombres perversos. Justino Mártir (160 d.C.)

Cuando decimos que aquellas mujeres que usan las pociones para causar el aborto son homicidas y tendrán que rendir cuenta a Dios por su hecho, ¿cómo sería posible que matáramos [a los infantes]? Sería insensatez que dijéramos que el niño en la matriz es creación de Dios, y por tanto objeto del cuidado de Dios, y luego que nazca lo matásemos. Atenágoras (175 d.C.)

Los cristianos tienen mucho más respeto por la vida humana que los paganos. Por ello, condenan la costumbre de abandonar a los niños recién nacidos. Atenágoras (175 d.C.)

Nosotros afirmamos que las que practican el aborto cometen homicidio y habrán de dar cuenta a Dios del aborto. ¿Por qué razón habríamos de matar? No se puede pensar a la vez que lo que lleva la mujer en el vientre es un ser viviente, y, por ello, objeto de la providencia de Dios, y matar luego al que ya ha avanzado en la vida; no exponer al nacido, por creer que exponer a los hijos equivale a matarlos, y quitar luego la vida a lo ya crecido. Nosotros somos siempre y en todo consecuentes y acordes con nosotros mismos, pues obedecemos a la razón y no le hacemos violencia. Atenágoras (175 d.C.)

El matrimonio es el deseo de procrear hijos, no una desordenada efusión de semen, contraria a la ley y a la razón… Porque hay quienes ocultan su fornicación utilizando drogas abortivas que llevan a la muerte definitiva, siendo así causa no sólo de la destrucción del feto, sino también del amor del género humano. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

(Hablando de las prácticas entre la mujeres paganas) Porque esas mujeres, que para esconder su inconducta utilizan drogas abortivas que expulsan una materia absolutamente muerta, hacen abortar, al mismo tiempo que al feto, sus sentimientos humanos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

En nuestro caso, ya que prohibimos el homicidio en cualquier forma, no podemos destruir ni siquiera al niño en el vientre… Impedir que nazca un niño es solamente una forma de matar. No hay diferencia si se quita la vida del que ya ha nacido, o del que no ha nacido aún. Tertuliano (197 d.C.)

Mantenemos, pues, que la vida empieza en la concepción, pues defendemos que el alma existe desde este momento, y el principio de la vida es el alma. Simultáneamente se une para la vida, lo que simultáneamente se separa en la muerte. Tertuliano (197 d.C.)

Veo, en efecto, que ustedes (los paganos) a los hijos que han engendrado los exponen a las fieras y a las aves, o los estrangulan, sometiéndolos a un género de muerte deplorable, hay incluso mujeres que, mediante la ingestión de brebajes, destruyen en sus mismas entrañas el origen del futuro ser humano, cometiendo un homicidio antes de dar a luz. Y estas cosas, sin duda, provienen de la enseñanza de sus dioses. Marco Minucio Félix (200 d.C.)

La ley de Moisés castiga con penas justas a la persona que aborta, pues allí se inician las primeras etapas del ser humano. Puesto que el feto en esta etapa ya es susceptible a la vida y a la muerte, es considerado un ser humano. Tertuliano (210 d.C.)

Entre los instrumentos de los cirujanos, hay uno diseñado con el propósito principal de abrir el útero y luego mantenerlo abierto. También existe un cuchillo redondo, con el cual los miembros dentro del vientre son arrancados con mucho cuidado. Por último hay un gancho encubierto, con el cual el feto es extraído de forma violenta. Existe también una aguja de punta de cobre, con el que se realiza la muerte en este robo traicionero de la vida. Por su función infanticida se le ha puesto el nombre de “asesino del infante.” Por supuesto, este infante anteriormente había estado vivo. Tertuliano (210 d.C.)

Al contemplar una ceremonia idolátrica, puedo contemplar un acto de adulterio. Por un lado la idolatría lo precede; y por el otro, el asesinato sigue en compañía… ¡Las parteras también lo testifican! ¡Cuántas concepciones adúlteras son masacradas! Tertuliano (212 d.C.)

Algunas mujeres que eran supuestas creyentes empezaron a utilizar drogas anticonceptivas. También utilizaban fajas ajustadas para expulsar lo que habían concebido, pues no querían tener un hijo de un esclavo o de gente común debido al interés de sus familias y a sus excesivas riquezas. ¡Miren cuán gran impiedad está promoviendo el malvado! Él enseña el adulterio y el asesinato el mismo tiempo. Hipólito (225 d.C.)

No puedo encontrar palabras para hablar de los infantes que son sacrificados al mimo Saturno. Lactancio (304-313 d.C.)

Los paganos estrangulan a sus propios hijos recién nacidos. O si muestran más piedad, los exponen. Lactancio (304-313 d.C.)

Nadie piense que es tolerable estrangular a un hijo recién nacido, pues es una gran impiedad… ¿Pueden ser consideradas inocentes aquellas personas que exponen a su propia descendencia como presa para los perros? En cuanto a sus actos, ellos los matan de un modo más cruel que si los estrangulasen… Por tanto, si alguno no es capaz de criar hijos por razones de pobreza, es mejor abstenerse del matrimonio que estropear la obra de Dios con manos perversas. Lactancio (304-313 d.C.)

lunes, 25 de julio de 2011

CRISTIANOS EN LA GUERRA

CRISTTIANOS EN LA GUERRA

Yo no deseo ser un rey. No anhelo ser rico. Rechazo toda posición militar. Detesto la fornicación… Estoy libre de una sed excesiva por la fama. Desprecio la muerte… ¡Mueran al mundo, repudiando la locura que hay en él! ¡Vivan para Dios! Taciano (160 d.C.)

Nosotros que en otro tiempo nos matábamos ahora rehusamos hacer guerra contra nuestros enemigos. Justino Mártir (160 d.C.)

Lo siguiente fue escrito por un crítico pagano del cristianismo.
Quien pone en su mente semejante designio muestra por eso mismo que es ciego. (Ustedes, cristianos) apoyen al Emperador con todas sus fuerzas, compartan con él la defensa del Derecho; combatan por él, si lo exigen las circunstancias; ayúdenlo en el control de sus ejércitos. Por ello, cesen de huir de los deberes civiles y de rechazar el servicio militar; tomen su parte en las funciones públicas, si fuere preciso, para la salvación de las leyes y de la causa de la religión. Celso (178 d.C.)

En cambio, con la venida del Señor, un nuevo testamento se extendió por toda la tierra, según habían dicho los profetas, como una ley de vida que habría de reconciliar los pueblos en la paz: “Porque de Sion saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor. El juzgará a muchas naciones, convertirá las espadas en arados y las lanzas en hoces, y ya no se prepararán para la guerra”… Mas si la ley de la libertad, es decir la palabra de Dios que los apóstoles, saliendo de Jerusalén, anunciaron por toda la tierra, ha provocado tal transformación que las espadas y las lanzas se convierten en arados y en hoces que él nos ha dado para segar el trigo (es decir que los ha cambiado en instrumentos pacíficos), y en lugar de aprender a guerrear aquel que recibe un golpe pone la otra mejilla, entonces los profetas no han hablado de ningún otro, sino del que ha realizado estas cosas. Ireneo (180 d.C.)

No es en la guerra, sino en la paz en que estamos entrenados. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

A los cristianos no les es permitido usar la violencia para corregir las faltas del pecado. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

El que se ha comprometido a seguir a Cristo, debe elegir una vida sencilla, sin necesidad de servidores, y vivir el día. Porque no somos educados para la guerra, sino para la paz. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

¿Será lícito seguir una profesión que emplea la espada, cuando el Señor proclama que ‘todos los que tomen la espada, a espada perecerán’? ¿Participará el hijo de la paz en la batalla, cuando ni siquiera conviene que lleve sus pleitos ante la ley? ¿Podrá usar la cadena, la cárcel, la tortura y el castigo, cuando ni siquiera se venga de la injusticia? Tertuliano (197 d.C.)

El Señor salvará a su pueblo en ese día, como a ovejas. Nadie les da el nombre de “ovejas” a los que caen en combate con las armas en la mano, o a los que son asesinados mientras repelen la fuerza con la fuerza. Más bien, este nombre les es dado únicamente a los que caen, entregándose a sí mismos en sus propios lugares de servicio y con paciencia, en lugar de luchar en defensa propia. Tertuliano (197 d.C.)

Si quisiéramos vengarnos, no como ocultos, sino declarados enemigos, ¿nos faltarían las fuerzas de numerosos soldados y de ejércitos? ¿Son más los mauros, los marcomanos, los partos que rebeló Severo, que los cristianos de todo el mundo? Estos bárbaros numerosos son, pero están encerrados en los límites de un reino; los cristianos habitan provincias sin fronteras. Ayer nacimos, y hoy llenamos el imperio: las ciudades, las islas, los castillos, las villas, las aldeas, los reales, las tribus, las decurias, el palacio, el Senado, el consistorio. Solamente dejamos vacíos los templos para ustedes. ¿Pues para qué lance de batalla no serían idóneos soldados los cristianos, aun con desiguales ejércitos, estando tan ejercitados en los combates de los tormentos en que se dejan despedazar gustosamente, si en la disciplina de la milicia cristiana no fuera más lícito perder la vida que quitarla? Tertuliano (197 d.C.)

A un soldado de la autoridad civil se le debe enseñar a que no mate a los hombres y a que se niegue a hacerlo si se le ordenara, y también a negarse a prestar juramento. Si él no está dispuesto a cumplir, se le debe rechazar para el bautismo. Un comandante militar o un juez de la corte que esté activo tienen que renunciar o ser rechazado. Si un candidato o un creyente busca convertirse en soldado, tendrá que ser rechazado por haber despreciado a Dios. Hipólito (200 d.C. d.C.)

Se ha suscitado ahora la cuestión acerca de si un creyente puede dedicarse al servicio militar, y si un militar puede ser admitido a la fe, incluidos los simples soldados y aquellos de grado inferior que no se ven obligados a ofrecer sacrificios y a administrar la pena de muerte. No hay compatibilidad entre el sacramento divino y el humano, entre la bandera de Cristo y la del demonio, entre el campo de la luz y el de las tinieblas. No puede un alma estar bajo dos obligaciones, la de Dios y la del César... Y aunque los soldados se presentaron a Juan y recibieron de él normas de conducta, aunque el centurión creyó, más adelante el Señor, al desarmar a Pedro desarmó a todo soldado. No nos está permitido a nosotros ningún modo de vida que lleva implicados actos ilícitos. Tertuliano (200 d.C.)

¿Qué tal si la ley de la naturaleza, o sea, la ley de Dios, manda que se haga lo que se opone a la ley escrita (del gobierno)? Hasta la propia lógica nos dice que nos despidamos del código escrito… y que nos entreguemos a nuestro Legislador, Dios. Esto es así aun cuando al hacerlo sea necesario que nos enfrentemos a peligros, a innumerables pruebas, y hasta la muerte y la deshonra. Orígenes (225 d.C.)

¿Cómo, pues, fue posible que el evangelio de paz, el cual no permite ni siquiera la venganza contra los enemigos, prevaleciera en todo el mundo, sino sólo porque con la venida de Cristo un espíritu más benigno fue introducido en todo el mundo? Orígenes (225 d.C.)

En ningún lugar [Cristo] enseñó que sus discípulos tienen el derecho de hacer violencia a nadie, por impío que fuera. Él dice que el matar a cualquier persona es contrario a sus leyes, las cuales son de origen divino. Si los cristianos hubieran surgido por medio de la revolución armada, no hubieran adoptado leyes tan clementes. [Estas leyes] ni siquiera permiten que resistan a sus perseguidores, ni cuando se los lleva al matadero como si fueran ovejas. Orígenes (248 d.C.)

En las dos citas siguientes, Orígenes responde a las críticas de Celso, el oponente de los cristianos.
Se nos insta que ‘ayudemos al rey con toda nuestra fuerza, que colaboremos con él en la preservación de la justicia, que peleemos por él, y si él lo exigiera, que peleemos en su ejército, o que mandemos un regimiento para apoyarlo.’ Respondemos que sí ayudamos a los reyes, cuando necesiten de nuestra ayuda, pero en una manera divina, vistiéndonos ‘con toda la armadura de Dios’. Esto hacemos obedeciendo lo que nos mandó el apóstol: ‘Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia’. Entre más uno se supera en la santidad, más puede ayudar a los reyes, aun más que los soldados que salen a pelear contra el enemigo y a matar a cuántos puedan. Orígenes (248 d.C.)

A aquellos enemigos de nuestra fe que quisieran exigir que tomáramos armas para defender el imperio y matar a los hombres, respondemos: ‘Los sacerdotes de ustedes que sirven [a sus dioses]... ¿no guardan sus manos de sangre para que puedan ofrendar los sacrificios estipulados a los dioses suyos con manos no manchadas y libres de la sangre humana?’ Aun cuando hay guerra cercana, ustedes no reclutan a los sacerdotes para sus ejércitos. Si ésta, pues, es costumbre alabada, ¿cuánto más deberían [los cristianos] servir como sacerdotes y ministros de Dios, guardando puras las manos, mientras otros se involucran en la batalla?... Con nuestras oraciones vencemos los demonios que incitan la guerra... En esta manera, prestamos más ayuda a los reyes que aquellos que salen a los campos de la batalla para luchar a su favor... Y no hay otro que luche a favor del rey más que nosotros. De cierto, rehusamos pelear por él aunque lo exigiera. Pero luchamos a favor de él, formando un ejército especial, un ejército de justicia, ofrendando nuestras oraciones a Dios. Y no lo hacemos con el objetivo de ser vistos por los hombres o por vanagloria. Ya que en secreto, y en nuestros corazones, nuestras oraciones ascienden a favor de nuestro prójimo, como si fuéramos sacerdotes. De manera que los cristianos son benefactores de su país más que las demás personas. Orígenes (248 d.C.)

El mundo entero está mojado con sangre. El homicidio se considera un delito, cuando lo comete un individuo; pero se considera una virtud cuando muchos lo cometen. Los hechos impíos [de la guerra] no se castigan, no porque no inculpan, sino porque la crueldad es cometida por muchos. Cipriano (250 d.C.)

Cuando Dios prohíbe que matemos, no sólo prohíbe la violencia condenada por las leyes humanas, también prohíbe la violencia que los hombres creen lícita. Por esta razón, no es lícito que el hombre justo participe en la guerra, ya que la justicia misma es su guerra. Tampoco le es [lícito] acusar a otro de delito con pena de muerte. Resulta lo mismo si la muerte se inflige por su palabra, o por su espada. Es el acto mismo de matar que se prohíbe. Por lo tanto, respecto a este precepto de Dios, no debe haber ninguna excepción. Es decir, nunca es lícito llevar a un hombre a la muerte, porque Dios lo ha hecho una creación sagrada. Lactancio (304-313 d.C.)

Cuando los hombres nos mandan que actuemos contrario a la ley de Dios, y contrario a la justicia, ninguna amenaza o castigo que nos sobrevenga debe disuadirnos. Por cuanto preferimos los mandamientos de Dios a los mandamientos del hombre. Lactancio (304-313 d.C.)

Si sólo Dios fuera adorado, no habría disensiones ni guerras; pues los hombres sabrían que todos somos hijos de un solo Dios. Lactancio (304-313 d.C.)

¿Cómo puede un hombre justo odiar, despojar y llevar a la muerte? No obstante, aquellos que luchan por servir a su país hacen todo esto… Cuando ellos hablan de los deberes relacionados a la guerra; sus palabras no corresponden a la justicia ni a la virtud verdadera. Lactancio (304-313 d.C.)

Hemos aprendido de sus enseñanzas y de sus leyes que el mal no se paga por el mal; que es mejor sufrir el mal que hacer el mal; que es mejor darnos para que se derrame nuestra sangre que mancharnos las manos y la conciencia al derramar la sangre de otros. Arnobio (305 d.C.)

No sería difícil demostrar que [después que se escuchó el nombre de Cristo en el mundo], las guerras no se incrementaron. De hecho, en realidad disminuyeron en gran medida al ser contenidas las pasiones violentas… A consecuencia de esto, unmundo ingrato ahora está disfrutando, y ha disfrutado durante un largo período, de un beneficio dado por Cristo. Ya que por medio de él, la furia de la crueldad brutal ha sido debilitada y las manos hostiles han comenzado a apartarse de la sangre de sus compañeros humanos. De hecho, si todos los hombres, sin excepción… prestaran atención por un momento a sus normas pacíficas y provechosas… el mundo entero estaría viviendo en la más pacífica tranquilidad. El mundo habría cambiado el uso del acero por usos más pacíficos y se habría unido en santa armonía, manteniendo intacta la inviolabilidad de todo tratado. Arnobio (305 d.C.)


LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS



Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaías 2:3-4

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Mateo 5:38-41

Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Mateo 26:52

Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Juan 18:36

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 2 Corintios 10:3-4

HACER PACTOS ?




HACER  PACTOS ?

Él les ordenó no sólo a jurar falsamente, sino a no jurar por nada. Ireneo (180 d.C.)

Un soldado de la autoridad civil tiene que ser enseñado a no matar a ningún hombre y rehusar matar si se le ordena hacerlo, y también rehusar prestar el juramento. Si no está dispuesto a cumplir con esto, tiene que ser rechazado [para el bautismo]. Hipólito (200 d.C.)

¿Cómo pudiera el que es fiel mostrarse infiel, exigiendo un juramento?... Porque ni siquiera él mismo jura, sino afirma por decir ‘sí’, o niega por decir ‘no’. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

¡Quede suprimido el elogio y el juramento acerca de los artículos que se venden, quede también suprimido el juramento para lo demás! Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Nada tengo que decir contra el perjurar, ya que según nuestra ley ni siquiera juramos. Tertuliano (197 d.C.)

¿Y qué decir de que no debes jurar, ni hablar mal, ni exigir lo que te han quitado; lo de ofrecer la otra mejilla después de recibir la bofetada; que debes perdonar a tu hermano que te ha ofendido no sólo setenta veces siete, sino todas las ofensas; que debes amar a tus enemigos y rogar por los adversarios y perseguidores? Cipriano (250 d.C.)


LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS


Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios. Mateo 5:33-34

Pero sea su hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateo 5:37

Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. Santiago 5:12