ABORTO E INFANTICIDIO
Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida. Éxodo 21:22
No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. Bernabé (70-130 d.C.)
Mas el camino del ‘negro’ es torcido y lleno de maldición de los cuales son desconocedores de Aquel que los creó, asesinos de sus hijos por el aborto, destructores de la obra de Dios, que echan de sí al necesitado. Bernabé (70-130 d.C.)
No harás abortar a la criatura engendrada en la orgía, y después de nacida no la harás morir. Didaché (80-140 d.C.)
(Los cristianos) se casan como todos los demás hombres y engendran hijos; pero no se desquitan de su descendencia. Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)
Tan lejos estamos nosotros de perjudicar a alguno o de realizar alguna impiedad, que hemos recibido la enseñanza de que exponer a los niños aun recién nacidos, es de hombres perversos. Justino Mártir (160 d.C.)
Cuando decimos que aquellas mujeres que usan las pociones para causar el aborto son homicidas y tendrán que rendir cuenta a Dios por su hecho, ¿cómo sería posible que matáramos a los infantes? Sería insensatez que dijéramos que el niño en la matriz es creación de Dios, y por tanto objeto del cuidado de Dios, y luego que nazca lo matásemos. Atenágoras (175 d.C.)
Los cristianos tienen mucho más respeto por la vida humana que los paganos. Por ello, condenan la costumbre de abandonar a los niños recién nacidos. Atenágoras (175 d.C.)
Nosotros afirmamos que las que practican el aborto cometen homicidio y habrán de dar cuenta a Dios del aborto. ¿Por qué razón habríamos de matar? No se puede pensar a la vez que lo que lleva la mujer en el vientre es un ser viviente, y, por ello, objeto de la providencia de Dios, y matar luego al que ya ha avanzado en la vida; no exponer al nacido, por creer que exponer a los hijos equivale a matarlos, y quitar luego la vida a lo ya crecido. Nosotros somos siempre y en todo consecuentes y acordes con nosotros mismos, pues obedecemos a la razón y no le hacemos violencia. Atenágoras (175 d.C.)
El matrimonio es el deseo de procrear hijos, no una desordenada efusión de semen, contraria a la ley y a la razón… Porque hay quienes ocultan su fornicación utilizando drogas abortivas que llevan a la muerte definitiva, siendo así causa no sólo de la destrucción del feto, sino también del amor del género humano. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
La muerte no es otra cosa que la separación del alma y del cuerpo, la vida, que es lo contrario de la muerte, no se puede definir más que como la unión del cuerpo y del alma. Si la separación de las dos sustancias se produce simultáneamente por la muerte, la ley de su unión nos obliga a pensar que la vida llega simultáneamente a las dos sustancias. Mantenemos, pues, que la vida empieza en la concepción, pues defendemos que el alma existe desde este momento, y el principio de la vida es el alma. Simultáneamente se une para la vida, lo que simultáneamente se separa en la muerte. Tertuliano (197 d.C.)
(Hablando de las prácticas entre la mujeres paganas) Porque esas mujeres, que para esconder su inconducta utilizan drogas abortivas que expulsan una materia absolutamente muerta, hacen abortar, al mismo tiempo que al feto, sus sentimientos humanos. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
En nuestro caso, ya que prohibimos el homicidio en cualquier forma, no podemos destruir ni siquiera al niño en el vientre… Impedir que nazca un niño es solamente una forma de matar. No hay diferencia si se quita la vida del que ya ha nacido, o del que no ha nacido aún. Tertuliano (197 d.C.)
Mantenemos, pues, que la vida empieza en la concepción, pues defendemos que el alma existe desde este momento, y el principio de la vida es el alma. Simultáneamente se une para la vida, lo que simultáneamente se separa en la muerte. Tertuliano (197 d.C.)
Veo, en efecto, que ustedes (los paganos) a los hijos que han engendrado los exponen a las fieras y a las aves, o los estrangulan, sometiéndolos a un género de muerte deplorable, hay incluso mujeres que, mediante la ingestión de brebajes, destruyen en sus mismas entrañas el origen del futuro ser humano, cometiendo un homicidio antes de dar a luz. Y estas cosas, sin duda, provienen de la enseñanza de sus dioses. Marco Minucio Félix (200 d.C.)
La ley de Moisés castiga con penas justas a la persona que aborta, pues allí se inician las primeras etapas del ser humano. Puesto que el feto en esta etapa ya es susceptible a la vida y a la muerte, es considerado un ser humano. Tertuliano (210 d.C.)
Entre los instrumentos de los cirujanos, hay uno diseñado con el propósito principal de abrir el útero y luego mantenerlo abierto. También existe un cuchillo redondo, con el cual los miembros dentro del vientre son arrancados con mucho cuidado. Por último hay un gancho encubierto, con el cual el feto es extraído de forma violenta. Existe también una aguja de punta de cobre, con el que se realiza la muerte en este robo traicionero de la vida. Por su función infanticida se le ha puesto el nombre de “asesino del infante.” Por supuesto, este infante anteriormente había estado vivo. Tertuliano (210 d.C.)
Al contemplar una ceremonia idolátrica, puedo contemplar un acto de adulterio. Por un lado la idolatría lo precede; y por el otro, el asesinato sigue en compañía… ¡Las parteras también lo testifican! ¡Cuántas concepciones adúlteras son masacradas! Tertuliano (212 d.C.)
Algunas mujeres que eran supuestas creyentes empezaron a utilizar drogas anticonceptivas. También utilizaban fajas ajustadas para expulsar lo que habían concebido, pues no querían tener un hijo de un esclavo o de gente común debido al interés de sus familias y a sus excesivas riquezas. ¡Miren cuán gran impiedad está promoviendo el malvado! Él enseña el adulterio y el asesinato el mismo tiempo. Hipólito (225 d.C.)
No puedo encontrar palabras para hablar de los infantes que son sacrificados al mimo Saturno. Lactancio (304-313 d.C.)
Los paganos estrangulan a sus propios hijos recién nacidos. O si muestran más piedad, los exponen. Lactancio (304-313 d.C.)
Nadie piense que es tolerable estrangular a un hijo recién nacido, pues es una gran impiedad… ¿Pueden ser consideradas inocentes aquellas personas que exponen a su propia descendencia como presa para los perros? En cuanto a sus actos, ellos los matan de un modo más cruel que si los estrangulasen… Por tanto, si alguno no es capaz de criar hijos por razones de pobreza, es mejor abstenerse del matrimonio que estropear la obra de Dios con manos perversas. Lactancio (304-313 d.C.)
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