ULTIMOS DIAS
El escándalo consumado está cerca, aquel del que está escrito, corno dice Enoc; pues el Dueño acortó los tiempos y los días, a fin de que se apresure su Amado y venga a su heredad… Por lo tanto, atendamos a los últimos días, pues de nada nos servirá todo el tiempo de nuestra fe, si ahora, en el tiempo inicuo y en los escándalos que están por venir, no resistimos como conviene a los hijos de Dios, a fin de que el maligno no se nos infiltre. Bernabé (70-130 d.C.)
Atiendan, hijos, qué quiere decir: ‘las acabó en seis días.’ Esto significa que en seis mil años consumará todas las cosas el Señor, pues un día es para Él mil años. Lo cual, Él mismo lo atestigua, diciendo: He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Bernabé (70-130 d.C.)
Porque en los últimos tiempos abundarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se transformarán en lobos, y el amor se cambiará en odio. Habiendo aumentado la perversidad, crecerá el odio de unos contra otros, se perseguirán mutuamente y se entregarán unos a otros. Entonces es cuando el seductor del mundo hará su aparición y titulándose el Hijo de Dios, hará señales y prodigios; la tierra le será entregada y cometerá tales maldades como no han sido vistas desde el principio. Los humanos serán sometidos a la prueba del fuego; muchos perecerán escandalizados; pero los que perseverarán en la fe, serán salvos de esta maldición. Entonces aparecerán las señales de la verdad. Primeramente será desplegada la señal en el cielo, después la de la trompeta, y en tercer lugar la resurrección de los muertos, según se ha dicho: “El Señor vendrá con todos sus santos.” ¡Entonces el mundo verá al Señor viniendo en las nubes del cielo! Didaché (80-140 d.C.)
Estos son los últimos tiempos. Por tanto seamos reverentes; temamos la bondad paciente de Dios, para que no resulte en condenación contra nosotros. Ignacio (105 d.C.)
Entonces le pregunté, con respecto a los tiempos, si la consumación es ya ahora. Pero ella gritó en alta voz: “Necio, ¿no ves que la torre (la iglesia) va siendo construida? Cuando la torre haya sido edificada, habrá llegado el fin; pero será edificada rápidamente.” Hermas (150 d.C.)
En aquel primer momento el ángel apóstata, provocando por la serpiente la desobediencia de los hombres, pensó que el asunto quedaría oculto al Señor: por eso Dios le dio la forma y nombre que tiene. Mas ahora, en estos últimos tiempos, el mal se extiende entre los hombres, no sólo haciéndolos apóstatas; sino que, mediante muchas invenciones, los ha hecho blasfemar contra el Creador. Ireneo (180 d.C.)
Y por eso, cuando al final de los siglos la iglesia se levante, “habrá una tribulación como no la ha habido desde el principio ni la habrá”; pues en los últimos tiempos los justos deberán luchar, y los vencedores recibirán la incorrupción como corona… Ananías, Azarías y Misael fueron arrojados al horno de fuego, prueba que sirvió como profecía de lo que sucederá al fin de los tiempos, cuando los justos sufrirán la prueba del fuego. Ireneo (180 d.C.)
En aquellos días habrá gran tribulación, como nunca lo ha habido desde el principio del mundo. Pues los hombres serán enviados por toda ciudad y pueblo para destruir la fe; unos de una manera y otros de otra. Y los santos viajarán de este a oeste, y serán perseguidos. Y otros se ocultarán en los montes y en las cuevas. Y la abominación hará guerra contra ellos en todas partes. Y (el Anticristo) con su decreto cortará a los santos de la tierra y del mar. Y con todos los medios disponibles, tratará de destruirlos de este mundo. Hipólito (200 d.C.)
El mal está en aumento, lo cual es evidencia de los últimos tiempos. Tertuliano (212 d.C.)
Estas cosas han sido predichas que habían de suceder en el fin del mundo. Fue predicho por la voz del Señor y el testimonio de los apóstoles, que ahora que el mundo está cayendo y el Anticristo se está acercando, todas las cosas buenas se frustrarán. Pero, el mal y las cosas adversas se incrementarán. No obstante, en los últimos días, el fervor del evangelio no fracasará en la iglesia de Dios. Cipriano (250 d.C.)
Ya que ahora, el fin del mundo está a la puerta, vuelvan sus mentes a Dios en el temor del Señor. Cipriano (250 d.C.)
Puesto que todas las obras de Dios fueron terminadas en seis días, el mundo tiene que durar en su presente estado seis edades, o sea, seis mil años. En efecto, el gran día de Dios está limitado por un círculo de mil años, como lo indica el profeta cuando dice: “Ante Ti, Señor, mil años son como un día.” Y así como Dios trabajó durante seis días para crear obras de tanta grandeza, así también su religión y su verdad tienen que trabajar durante seis mil años, mientras prevalece y manda la maldad. En fin, del mismo modo que Dios, después de haber terminado su obra, descansó en el día séptimo y lo bendijo, así también, al final de seis mil años, toda maldad será extirpada de la tierra, y reinará la justicia durante mil años; entonces habrá tranquilidad y descanso de todas las fatigas que el mundo habrá tenido que sufrir por tanto tiempo. Lactancio (304-313 d.C.)
LA PALABRA DE DIOS
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. Hebreos 1:1-2
Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de ustedes. 1 Pedro 1:20
Hijitos, ya es el último tiempo; y según ustedes oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18
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