martes, 27 de septiembre de 2011

¿COMO EXPLICAR LOS PASAJES QUE ENSEÑAN LA PREDESTINACION?

¿Cómo explicaron los cristianos primitivos los pasajes que al parecer enseñan la predestinación? 

 

De lo que yo puedo observar, muchos cristianos evangélicos— quizás la mayoría—dicen que creen en la predestinación. Mas, sus oraciones y sus acciones muestran que en realidad no creen. Otros se desesperan ante toda la confusión religiosa y admiten: “No sé qué creer”. 

El problema consiste en que la Biblia nos dice: “Escoge, pues, la vida, para que vivas”; pero también nos dice que: “No depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. Por una parte, dice que Dios es paciente, “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3.9). Por otra parte, dice que Dios “de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece” (Romanos 10.18). 

Yo he luchado con tales pasajes contradictorios, según parece, casi toda mi vida. Me dio bastante consolación hallar que los primeros cristianos tuvieron explicaciones lógicas—y bíblicas— de estas aparentes contradicciones. En verdad, su manera de explicar la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre son de las más razonables que jamás he oído. 

Por contraste, otra vez los gnósticos eran los que enseñaban que los humanos somos predestinados arbitrariamente o para la salvación o para la condenación. Recuerde que según ellos somos totalmente depravados porque fuimos creados por un Dios inferior. No es de extrañarse, entonces, que enseñaron que podemos ser salvos sólo si Dios nos escoge para la salvación. En su obra titulada, De los puntos principales, Orígenes escribe de muchos de los argumentos de la biblia que los gnósticos usaban. Contestó muchas de las preguntas acerca del libre albedrío y de la predestinación que su alumnos le hicieron. 

Aquí doy una parte de lo que escribió Orígenes: “Una de las doctrinas enseñadas por la iglesia es la del juicio justo de Dios. Este hecho estimula a los que creen en él para que vivan piadosamente y que eviten el pecado. Reconocen que lo que nos trae o alabanza o culpa está dentro de nuestro poder. “Es nuestra responsabilidad vivir en justicia. Dios exige esto de nosotros, no como si dependiéramos de él, ni de otro, ni de la suerte (como creen algunos), sino como si dependiera de nosotros mismos. El profeta Miqueas demostró eso cuando dijo: 

‘Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia’ [Miqueas 6.8]. 

Moisés también dijo: ‘Yo he puesto delante de ti el camino de la vida y el camino de la muerte. Escoge lo bueno y sigue en él’ [Deuteronomio 30.15, 19]. 

“Tome en cuenta cómo nos habla Pablo de manera que da a entender que tenemos libre albedrío y que nosotros mismos somos causa o de nuestra ruina o de nuestra salvación. El dice: ‘¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras; vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino obedecen a la injusticia’ [Romanos 2.4-8]. 

“Pero hay ciertas declaraciones en el Antiguo Testamento como también en el Nuevo que pudieran hacernos concluir lo contrario: Que no depende de nosotros o el guardar sus mandamientos para ser salvos, o el desobedecerlos para perdernos.
Así que, examinémoslos uno por uno.

“Primero, las declaraciones en cuanto a Faraón han causado dudas en muchos. Dios dijo varias veces: ‘Yo endureceré el corazón de Faraón’ [Éxodo 4.21]. 

Claramente, si Faraón fue endurecido por Dios y pecó como resultado de ese endurecimiento, él no fue responsable por su pecado. Y no tuvo libre albedrío. 

“Vamos a añadir a este pasaje otro que escribió Pablo: ‘Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?’ [Romanos 9.20-21]. 

“Ya que sabemos que Dios es tanto bueno como justo, veamos cómo el Dios bueno y justo pudo endurecer el corazón de Faraón. Tal vez por un ejemplo usado por el apóstol en la epístola a los Hebreos podemos ver que, en una sola obra, Dios puede mostrar misericordia a un hombre mientras endurece a otro, sin la intención de endurecerlo. ‘La tierra’, dice él, ‘bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa al agricultor, por la bendición de Dios. Pero la que produce espinos y abrojos no tiene valor, y está próxima a ser maldecida. Su fin es el ser quemada’ [Hebreos 6.7-8].


“Tal vez nos parezca raro que aquel que produce la lluvia dijera: ‘Produzco tanto los frutos como también los espinos de la tierra’. Mas, aunque raro, es cierto. Si no hubiera lluvia, no hubiera ni frutos ni espinos. La bendición de la lluvia, por tanto, cayó aun sobre la tierra improductiva. Pero ya que estaba descuidada y no cultivada, produjo espinos y abrojos. De esta manera, las obras maravillosas de Dios son semejantes a las lluvias. Los resultados opuestos son semejantes a las tierras o cultivadas o descuidadas. 

“También las obras de Dios son semejantes al sol, el cual pudiera decir: ‘Yo hago suave y hago duro’. Aunque estas acciones son opuestas, el sol no hablaría mentira, porque el calor que suaviza la cera es el mismo que endurece el lodo. De semejante manera, por una parte, los milagros hechos por mano de Moisés endurecieron a Faraón a causa de la maldad de su corazón. Pero suavizaron a la multitud egipcia, que salió de Egipto con los hebreos [Éxodo 12.38]. 

“Veamos a otro pasaje: ‘Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia’ [Romanos 9.16].

Aquí Pablo no niega que los humanos tenemos que hacer algo. Sino alaba la bondad de Dios, quien lleva lo que se hace a su fin deseado. El sencillo deseo humano no basta para alcanzar el fin. Solo el correr no basta para que el atleta gane el premio. Tampoco basta para que los cristianos ganemos el premio que da Dios por Cristo Jesús. Estas cosas se llevan a cabo sólo con la ayuda de Dios. 

“Como si hablara de la agricultura, Pablo dice: ‘Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo da Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento’ [1 Corintios 3.6-7]. 

Ahora pudiéramos decir con razón que la cosecha del agricultor no es trabajo sólo del agricultor. Tampoco es trabajo sólo del que riega. Al fin y al cabo, es trabajo de Dios. Así mismo, no es que no tengamos nada que hacer para que nos desarrollemos espiritualmente a la perfección. Mas, con todo, no es obra de sólo nosotros, porque Dios tiene una obra aun más grande que la nuestra. Así es en nuestra salvación. La parte que hace Dios es muchísimo mayor que la nuestra.”



¿Puede Dios ver el futuro? 


Aunque no creyeron en la predestinación, los primeros cristianos creyeron fuertemente en la soberanía de Dios y en su habilidad de prever el futuro. Por ejemplo, entendieron que las profecías de Dios acerca de Jacob y Esaú (Romanos 9.13 y Génesis 25.23) resultaron de esta habilidad de prever el futuro, y no de una predestinación arbitraria de los hombres a una suerte fija. Vieron que hay una gran diferencia entre el prever algo y el causarlo. 

BENDICIONES

3 comentarios:

  1. El detalle es k es muy claro k los cristianos del 1er siglo no creyeron en la "predestinacion" y estos hombres fueron instruidos por los apostoles directamente

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  2. Lo curioso es que Dios ya tenía apartados a hombres desde que estaban en el vientre de sus madres como es el caso de Pablo, lo cual es un CLARO CASO DE PREDESTINACIÓN, lo mismo con Esaú y Jacob, e igual con Faraón; existen 2 tipos de vaso, de ira o de gloria (Romanos 9) y cada uno de nosotros, somos de uno o de otro, y la Palabra dice en Salmos 65 que es Dios quien atrae a los atrios y no es el hombre quien va a ellos.


    Gálatas 1:15 Mas cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,

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  3. Y puede ver Dios las atrocidades que cometerá un violador?

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