miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA VENTAJA DE LENGUA Y CULTURA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

La ventaja de lengua y de cultura de los primeros cristianos 

 

Pero el fundamento de tiempo no es la única ventaja que los primeros cristianos llevaban con respecto a nosotros. Ellos también estaban en una posición mucho mejor para interpretar los escritos de los apóstoles. 

¿Piensa usted en el griego antiguo? 

Como primer punto, los primeros cristianos podían leer las Escrituras del Nuevo Testamento en el griego original de los apóstoles. ¿Cuántos de nosotros podemos hacer esto? Algunos pastores han estudiado el griego antiguo varios años en los seminarios. Pero pocos de ellos dominan bien el griego. La mayoría de ellos ni pueden leer un texto griego sin la ayuda de un léxico griego-español. ¿Y los primeros cristianos? No tenían que estudiar el griego antiguo; era su lengua materna. No sólo hablaban el griego; pensaban en griego. 

¿Cuánto entendemos nosotros de la cultura temprana del mundo mediterráneo? 

¿Qué de la barrera cultural? La mayoría de los cristianos de hoy saben muy poco acerca de la cultura y el ambiente histórico de la época del Nuevo Testamento. Y muchas veces, lo que creen saber resulta más falso que cierto. Aun los eruditos que dedican la vida entera al estudio de la cultura y el ambiente histórico del Nuevo Testamento jamás podrán entenderlo tan bien como lo entendían aquellos que vivían en ese tiempo. De esta manera, otra vez los primeros cristianos llevan una ventaja importante sobre nosotros en cuanto a entender las Escrituras. 

¿Hemos hablado nosotros con el apóstol Juan? 

Como punto final, la primera generación de primeros cristianos tuvo la oportunidad de oír a los apóstoles personalmente, como también de hacerles preguntas. 


Clemente de Roma es un ejemplo. El era discípulo personal tanto del apóstol Pablo como también del apóstol Pedro. Pablo habla específicamente de Clemente en su carta a los filipenses: “Asimismo te ruego a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida” (Filipenses 4.3). ¿Será probable que Clemente, el compañero personal de Pablo, entendiera mal lo que Pablo enseñaba acerca de la salvación? ¿Por qué hablaría Pablo con tanto aprecio de su colaborador si éste enseñara el error? 

Ya he hablado de la relación de Policarpo con el apóstol Juan, quien le ordenó como obispo de la iglesia de Esmirna. Si los “ángeles” de las siete iglesias de Apocalipsis se refieren a los obispos de estas iglesias, bien es posible que el “ángel” de Esmirna fuera el mismo Policarpo. Y, en Apocalipsis, Jesús no dice ni una palabra acerca de algún error doctrinal en la iglesia de Esmirna. De verdad, Jesús no tuvo que corregir nada en esta iglesia. Nada (Apocalipsis 2.8-11). Claro que la iglesia de Esmirna caminaba muy bien bajo el liderazgo de Policarpo; de otra manera lo hubiera dicho el Señor. 

Para los primeros cristianos oír a los apóstoles explicar sus propios escritos no era lujo; era necesario. ¿Qué comentó Pedro mismo de los escritos de Pablo? “Nuestro amado hermano Pablo. . . os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia destrucción” (2 Pedro 3.15-16). Pedro escribía a primeros cristianos que dominaban bien el griego y que entendían perfectamente la cultura en que vivían, la misma que tenía Pablo. Mas aun con estas ventajas, Pedro admite de que hay cosas “difíciles de entender” en los escritos de Pablo. Y nosotros, que vivimos distanciados de ellos por casi 2000 años y hablamos otro idioma, ¡creemos que es imposible que entendiéramos mal los escritos de Pablo! 


La mayoría de las enseñanzas de los apóstoles era hablada

 

Todas las enseñanzas de Jesús se comunicaban oralmente. El no dejó ni siquiera una palabra escrita de instrucción para la iglesia primitiva. Cuando la iglesia primitiva tuvo su principio en el día de Pentecostés, la única enseñanza cristiana que tenía era la palabra hablada. De hecho, el Nuevo Testamento que conocemos hoy no se completó hasta casi terminar el primer siglo. Por esta razón la iglesia del primer siglo tenía que depender mayormente de las enseñanzas habladas de los apóstoles. Y los apóstoles enseñaban oralmente a estos cristianos.
¿Realmente cree usted que el apóstol Pablo, evangelista y maestro incansable, no enseñó nada más a las iglesias sino sólo las 13 o 14 cartas breves que tenemos en nuestro Nuevo Testamento? ¡Claro que enseñó más! Pablo exhortó a los tesalonicenses: “Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2 Tesalonicenses 2.15). Pablo deseaba que los cristianos siguieran sus enseñanzas habladas tanto como las escritas.
¿Y qué de los demás apóstoles? ¿Cree usted que Pedro nunca escribió nada sino unas siete páginas? ¿Y qué de los apóstoles Andrés, Jacobo, Felipe, Bartolomé, Tomás, Jacobo (el hijo de Alfeo), Simón el cananista, y Judas (hijo de Alfeo)? ¿En verdad cree que ellos no tenían nada que compartir con la iglesia primitiva? ¡Increíble! Estos eran los hombres que Jesús mismo había escogido. Habían andado con él por tres años, un grupo de discípulos íntimos que escucharon sus enseñanzas. Según el testimonio de la iglesia primitiva, todos los apóstoles dedicaban su vida a la predicación del evangelio, enseñando constantemente.
Pablo escribió a los corintios: “Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué” (1 Corintios 11.2). Pablo sigue con una amonestación a algunas mujeres de Corinto que no llevaban un velo sobre la cabeza. No sabemos de ningún mandamiento apostólico escrito antes de eso de que las mujeres cristianas llevaran un velo cuando oraban o profetizaban. Pero claramente los apóstoles habían dado una instrucción hablada. Y Pablo testifica que las iglesias ya tenían una costumbre en cuanto al uso del velo: “Si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre [la de andar una mujer sin velo], ni las iglesias de Dios” (1 Corintios 11.16).
Por favor no se adelante aquí concluyendo que existan otras doctrinas, u otros mandamientos morales, u otras revelaciones que recibieron los primeros cristianos sólo verbalmente. En verdad, los escritos de los primeros cristianos dan una evidencia amplia de que no había ninguna doctrina sino sólo las que tenemos escritas. Nuestro Nuevo Testamento contiene todas las doctrinas y todos los mandamientos morales necesarios para la vida cristiana.
En vez de eso, la tradición apostólica (o sea, las enseñanzas habladas de los apóstoles) constaba de dos cosas mayores. Primero, establecían o aprobaban prácticas respecto a la adoración y el compañerismo cristiano. En verdad, la iglesia primitiva recibió la mayoría de sus prácticas en estos puntos por tradición apostólica hablada, no por escrito. Por ejemplo, en ninguna parte del Nuevo Testamento leemos cuándo deben reunirse los cristianos, o cuántas veces deben celebrar la santa cena. Pero el testimonio de los primeros cristianos nos enseña que definitivamente había tradiciones dadas por los apóstoles y sus compañeros en cuanto a esos puntos.
El gobierno de la iglesia también se estableció por tradición apostólica, o sea por las enseñanzas habladas de los apóstoles. Cuando Pablo dio a Timoteo y Tito las instrucciones acerca de escoger ancianos y diáconos para la iglesia primitiva, no instituía una nueva forma de gobernar la iglesia primitiva (1 Timoteo 3.1-13; Tito 1.5-9). Sencillamente describía a los hombres que debían ser escogidos para tomar los puestos que todos ya conocían.
En segundo lugar, las enseñanzas habladas de los apóstoles aclaraban y explicaban los puntos que se habían tratado (o que pronto serían tratados) en los escritos que componen el Nuevo Testamento. Los apóstoles nunca idearon que la iglesia primitiva debiera interpretar sus escritos por sí solos, aparte de las muchas enseñanzas habladas que daban. Y ya que la iglesia primitiva se aferraba a las abundantes instrucciones habladas de los apóstoles, llevaban una ventaja enorme a nosotros en cuanto a interpretar los escritos de los apóstoles.
Pero, por favor, no confunda usted las tradiciones apostólicas con las tradiciones humanas adoptadas por las iglesias después. La gran mayoría de las tradiciones enseñadas por la iglesia católica romana y por la iglesia ortodoxa (de Grecia y Rusia) eran desconocidas a los primeros cristianos. Tales tradiciones se adoptaron después del tiempo de Constantino.
¿Será que los primeros cristianos a propósito falsificaron la verdad? Los primeros cristianos estaban en mejor posición para entender e imitar a los apóstoles. 


BENDICIONES

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