viernes, 30 de septiembre de 2011

PRINCIPIOS DE INTERPRETACION

Principios de interpretación

 

Cuando retiré el paquete de mi buzón de correos, yo sabía exactamente lo que contenía en él. Eran más resúmenes de la Compañía minera de servicios públicos de Texas.

Un resumen es una compilación de todas las escrituras y otros documentos que afectan la cadena de títulos de una extensión particular de tierra. Me esperaba uno o dos días más de una pesada lectura. Sin embargo, cientos de miles de dólares dependerían de mis interpretaciones de las numerosas escrituras y de los demás documentos que contenían los resúmenes. Con tantas cosas en juego, yo no podía darme el lujo de adivinar acerca de las cosas. No, yo tenía que usar principios confiables de interpretación. 


El primer principio de interpretación que hemos considerado es básicamente el sentido común:
empezar con una mente en blanco. El segundo principio es también básico: empezar por el comienzo. 

Yo siempre empiezo a examinar un título, leyendo primero el Patentado. El Patentado es el instrumento por medio del cual el gobierno transfiere por primera vez una tierra a un dueño privado. En Texas, esto usualmente quiere decir retroceder a los años anteriores a 1850: volver a menudo a los años cuando México poseía la tierra. 

Una vez que haya estudiado el Patentado, paso a examinar el título en adelante, leyendo cada escritura, contrato de arrendamiento, testamento, hipoteca y otros papeles que puedan afectar el título del terreno. Jamás se me ocurriría saltar hasta el siglo XX, cuando las escrituras comenzaron a ser escritas a máquina y empezar en ese punto. 

Del mismo modo, al interpretar cualquier documento, sea una escritura o un testamento, siempre empiezo por el comienzo. Yo no salto hasta la mitad del documento, para luego empezar a leer. 

Este mismo principio se aplica a la Biblia. Cuando buscamos las verdades del cristianismo mediante dicho principio, esto quiere decir que volvamos a las palabras de Jesús mismo. Este es un principio obvio. 

Sin embargo, aquí la mayoría de los cristianos evangélicos se desvían. Ellos comienzan con Pablo, no con Jesús. Muchos de los evangélicos prácticamente ignoran las enseñanzas de Jesús, afirmando que ellas se aplican a una dispensación más antigua o a la “época del reino.” Otros retocan las palabras de Jesús para encajarlas a los escritos de Pablo. 

¡Cuán extraño! Jesús dijo: “El discípulo no es superior a su maestro.” (Lucas 6:40). Pero nosotros hacemos de Pablo, el discípulo, superior a Jesús, el Maestro. Hacemos de Jesús un subordinado de Pablo; entendemos las palabras de Jesús sólo en el contexto de los escritos de Pablo. A diferencia de tal actitud, los primeros cristianos entendieron a Pablo en el contexto de las enseñanzas de Jesús. El evangelio de los tales fue sobre todo el evangelio de Jesús.


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.

No hay comentarios:

Publicar un comentario