miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿QUIEN TIENE LA RAZON ELLOS O NOSTROS?

¿Quién, tiene la razón los primeros cristianos o los evangelicos? 

 

Otra vez, los primeros cristianos se muestran ciudadanos del reino celestial, un pueblo de otra cultura. Y otra vez hallamos que los evangélicos de hoy están muy alejados del cristianismo de los primeros siglos. Como dije antes, los puntos que he tratado en este capítulo y en los cuatro anteriores son sólo ejemplos de las creencias de los primeros cristianos, creencias que difieren radicalmente de las nuestras. 

Hay muchos ejemplos más que yo pudiera dar. Nosotros calificamos de herejía a muchas de las doctrinas que ellos enseñaban. Ellos calificaban de herejía a muchas de las doctrinas que nosotros enseñamos. ¿Quién es el que tiene la razón? 

Aquí doy otros pasajes que citaban los primeros cristianos cuando escribían contra la participación en la guerra: 

“Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán” (Mateo 26.52). 

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18.36). 

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios” (2 Corintios 10.3-4). 

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades... Por tanto, tomad toda la armadura de Dios” (Efesios 6.12-13). 

“Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis... No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios... No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12.14-21).

“Nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos” (1 Corintios 4.12). 

BENDICIONES



Tomado del Libro: Que hablen los primeros cristianos de David Bercot.
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com

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