¿Por qué tuvieron éxito los primeros cristianos?
Cómo la iglesia primitiva fomentó el desarrollo espiritual de cada cristiano
“Ningún hombre es una isla”, escribió el poeta inglés del siglo decimosexto. Los hombres somos por naturaleza seres sociables. Por eso nos es tan difícil oponernos a la corriente de nuestra cultura. Pero otros lo han hecho. La verdad es que muchas personas han rechazado los valores y el estilo de vida de su cultura. Tenemos un buen ejemplo de esto en el movimiento “hippie” de la década de los sesentas. En esos años, millares de jóvenes—la mayoría de ellos de la clase mediana—rechazaron el materialismo y las modas de la sociedad y siguieron otro camino. ¿Por qué estos jóvenes pudieron romper con la sociedad y desconformarse a su estilo de vida? La respuesta la entendemos cuando nos damos cuenta de que no eran en realidad inconformistas. Sencillamente se conformaban a otra cultura que ellos mismos crearon. Y todos se apoyaban los unos a los otros. Esto era uno de los secretos de los primeros cristianos. Ellos lograron rechazar las actitudes, prácticas y diversiones impías de su cultura porque se conformaron a otra cultura. Millares y millares de cristianos se unieron y todos compartieron los mismos valores, las mismas actitudes, y las mismas normas para la diversión. Todo lo que el cristiano individual tenía que hacer era conformarse. Se conformaba con el cuerpo de creyentes. Sin el apoyo de la iglesia primitiva, hubiera sido mucho más difícil mantener una vida piadosa.
Cipriano observó: “Corta una rama del árbol, y ya no podrá brotar más. Corta el riachuelo de su manantial, y pronto se secará.”
Pero los primeros cristianos no trataron de legislar la justicia, aunque muchos grupos cristianos desde entonces han tratado de hacerlo. Al contrario, dependieron de la enseñanza sana y del ejemplo de rectitud para producir la justicia. Los grupos religiosos que dependen sólo de muchas normas detalladas para producir la santidad personal pueden resultar produciendo más bien el fariseísmo. Por eso, la iglesia primitiva destacó la necesidad de cambiar comenzando desde el corazón. Consideraban que lo externo nada valía, a menos que reflejara lo que sucedía dentro de la persona.
Clemente lo explicó de esta forma: “Dios no corona a aquellos que se abstienen de lo malo sólo por obligación. Es imposible que una persona viva día tras día de acuerdo a la justicia verdadera excepto de su propia voluntad. El que se hace ‘justo’ bajo obligación de otro no es justo en verdad… Es la libertad de cada persona la que produce la verdadera justicia y revela la verdadera maldad.”
Por ejemplo, a pesar de la enseñanza de la iglesia primitiva acerca del vestir sencillo, no exigieron que el cristiano individual se vistiera de una manera especial o distintiva. Y los primeros cristianos no todos se vistieron igual. Aunque los primeros cristianos se opusieron a los cosméticos, no todas las mujeres cristianas dejaron de usarlos. Otros cristianos pasaron por alto el consejo de los ancianos de la iglesia primitiva y asistieron al teatro y a la arena. Y la iglesia no los castigó por su desobediencia. Sin embargo, el método de la iglesia daba resultado. Aun los mismos romanos testificaban que la mayoría de los primeros cristianos siguieron las guías de la iglesia en tales asuntos.
De hecho, la iglesia primitiva puede enseñar por medio del ejemplo eficazmente sólo si la misma iglesia se ha conformado a las enseñanzas de Cristo. De otra manera, el ejemplo de la iglesia primitiva serviría de tropiezo y no de ayuda. Por ejemplo, ¿cuál sería la actitud de los demás cristianos hoy hacia uno que se hiciera de veras pobre para ayudar a otros? ¿O hacia uno que se vistiera con toda sencillez y modestia, sin tomar en cuenta la moda? ¿O que no mostrara nada de interés en los deportes violentos de la actualidad? ¿O que rehusara mirar la televisión y asistir a los cines cuando éstos se concentran en la inmoralidad o cuando reciben su picante de palabrotas y violencia gráfica? Seamos honrados. ¡Tal persona sería tenida por fanático! Ahora más, si un grupo entero de cristianos viviera de esta manera, probablemente se les calificaría como una secta muy rara. En fin, la iglesia del siglo veinte vería a tales cristianos de la misma manera que los romanos veían a los primeros cristianos. Si el cristiano actual viviera como los primeros cristianos, tendría que ser en verdad un inconformista. Y vuelvo a decir que es muy difícil ser un inconformista.
BENDICIONES
www.laiglesiaprimitiva.com
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