martes, 6 de septiembre de 2011

EL PROPÓSITO DE LA LEY MOSAICA

 
El propósito de la ley
 

También llamó a la ley nuestro maestro hasta la venida de Jesucristo. ¡Que no se culpe a la ley por la incredulidad de algunos! Pues la ley a nadie prohibió creer en el Hijo de Dios. Ireneo (180 d.C.) 

El Señor no abolió los preceptos naturales de la ley, por los cuales se justifica el ser humano, los cuales incluso guardaban antes de la ley aquellos que fueron justificados por la fe y agradaban a Dios; por el contrario, los amplió y llevó a la perfección como lo muestran sus palabras: “Se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: todo aquel que viere a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” Y añadió: “Se ha dicho: No matarás. Pero yo les digo: todo el que sin motivo se enoje contra su hermano, es reo de juicio.” Y: “Se ha dicho: No perjurarás. Pero yo les digo que no deben jurar en absoluto. Que sus palabras sean: Sí, sí, y no, no.” Y otras cosas parecidas… Y es que la ley, como había sido promulgada para siervos, educaba mediante acciones externas y corporales, ajenas al alma, tratando de atraerla como quien la ata a la obediencia a los preceptos, a fin de que los seres humanos aprendiesen a someterse a Dios. 
Ireneo (180 d.C.) 

Como un arquitecto Dios proyectaba la construcción de la obra salvadora… Cuando andaban errando en el desierto, les dio la más adecuada de las leyes… De muchas maneras preparó al género humano a fin de que la salvación le viniese como una sinfonía. 
Ireneo (180 d.C.) 

De esta manera dio al pueblo las leyes para fabricar la tienda y el templo, para elegir a los levitas, y para establecer el servicio de los sacrificios, oblaciones y ritos de purificación. No porque necesitase algo de esto… “Todo esto les sucedía en figura; y se ha escrito para instrucción de quienes venimos al final de los tiempos.” Por los tipos aprendían a temer a Dios y a perseverar en su servicio… De esta manera la ley era para ellos una educación y una profecía de los bienes futuros. Pues en un principio Dios amonestó a los seres humanos por medio de los preceptos naturales que desde el inicio inscribió en su naturaleza, es decir por los diez mandamientos. 
Ireneo (180 d.C.) 


La salvación del Señor y la realidad fueron prefiguradas en el pueblo judío, y las prescripciones del evangelio fueron preanunciadas por la ley. De esta suerte, el pueblo era como el esbozo de un plan, y la ley, la letra de una parábola; pero el evangelio es la explicación de la ley y su cumplimiento, y la iglesia el lugar donde aquello se realiza. 
Melitón de Sardis (190 d.C.) 

Y aun es posible que la filosofía fuera dada directamente por Dios a los griegos antes de que el Señor los llamase: porque era un maestro para conducir a los griegos a Cristo, como la ley lo fue para los hebreos. Clemente de Alejandría (195 d.C.) 

Para esto se dio la ley, la cual no anula, sino que pone a prueba la libertad con que uno o libremente se somete o libremente la transgrede. Por esto tenían que estar ambos caminos abiertos al libre albedrío. Tertuliano (197 d.C.) 


LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS


De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, Gálatas 3:24-25 


BENDICIONES

No hay comentarios:

Publicar un comentario