INMORALIDADES SEXUALES EN EL MUNDO PAGANO
El segundo introducen a Zeus, de quien dicen que es rey de todos sus dioses y que toma la forma de animales para unirse con mujeres mortales... También introducen como dios a Dionisio, el que celebra las fiestas nocturnas y es maestro en embriaguez, y arrebata las mujeres ajenas y que más tarde fue degollado por los titanes. Si, pues, Dionisio, degollado, no pudo ayudarse a sí mismo, sino que se volvió loco y era borracho, y anduvo fugitivo, ¿cómo puede ser Dios? Arístides (125 d.C.)Los hombres imitaron todo esto y se hicieron adúlteros y pervertidos e, imitando a su dios, cometieron toda clase de actos viciosos.
Arístides (125 d.C.)
También saben perfectamente que estos artistas (los que hacían imágenes de los dioses) están entregados a todos los vicios, que no voy a contar aquí por menudo. No faltan entre ellos quienes abusan de sus mismas esclavas que trabajan con ellos.
Justino Mártir (160 d.C.)
Hay quienes prostituyen a sus hijos y a sus mujeres. Y, pública y abiertamente, algunos destruyen su virilidad para ser instrumentos de la lujuria.
Justino Mártir (160 d.C.)
Las cuatro citas siguientes describen la corrupción sexual generalizada en las ciudades principales del mundo grecorromano.
Hasta tal punto de desenfreno ha llegado la vida, complaciéndose en la maldad, que la lujuria (los deseos sensuales) se ha extendido por las ciudades, convirtiéndose en ley. Bajo sus techos hay mujeres dispuestas a vender su propia carne para la lujuria del placer, y también muchachos que, amaestrados para renegar de su naturaleza, se hacen pasar por mujeres. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Todo lo ha transformado la lujuria. La frivolidad afeminada deshonra al hombre. Todo lo busca, todo lo intenta, todo lo violenta, trastorna la naturaleza, los hombres adquieren el papel pasivo de mujeres y las mujeres actúan como hombres, siendo poseídas contra natura al unirse con mujeres.
Clemente de Alejandría (195 d.C.)
No hay camino inaccesible al desenfreno. El placer del amor se proclama común a todos; se familiariza la lujuria. ¡Oh, lamentable espectáculo! ¡Oh, costumbres incalificables! Éstos son los trofeos de su incontinencia ciudadana; las prostitutas son la prueba de sus acciones. ¡Cuánto desorden!
Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Pero estos infelices no comprenden que las relaciones sexuales ocultas son causa de muchas tragedias. A menudo, sin saberlo, los padres se unen a su hijo fornicador y a sus hijas lascivas, puesto que no se acuerdan de los hijos (abandonados) y el libertinaje convierte a los padres en maridos abandonados. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
No me olvido de los pedagogos que los persas llamaban “reales.” Eran elegidos entre todos los persas en número de cuatro; los reyes les confiaban la educación de sus hijos. Sin embargo, los niños sólo aprendían de ellos el manejo del ardo, y, cuando llegaban a la pubertad, se unían a sus hermanas en relaciones intimas, a sus madres y a innumerables mujeres, legítimas o concubinas; practicando las relaciones sexuales como los jabalíes.
Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Mas estas mujeres se deleitan en compañía de afeminados; y una turba de depravados, de lengua desenfrenada, invade los hogares, impuros de cuerpo e impuros por sus palabras; viriles sólo como instrumentos de la lujuria, servidores del adulterio, que ríen a carcajadas y cuchichean; olfatean todo lo que despide lujuria, intentan deleitar con palabras y gestos impúdicos, y provocan la sonrisa que procede a la fornicación. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
En los templos de los paganos tienen lugar los adulterios. Tertuliano (197 d.C.)
Entre nosotros todos los bienes son comunes, excepto las mujeres. En solo esto rompemos la compañía, en que solamente la guardan los gentiles, los cuales no solamente usurpan las mujeres ajenas, sino que libremente brindan sus propias mujeres a sus amigos. Tertuliano (197 d.C.)
En la siguiente cita, Tertuliano describe los actos inmorales que tenían lugar en los teatros.
¿Qué diré? Que un comediante infame, representando el papel de Hércules se vista de la imagen de su dios, y que el cuerpo impuro de una ramera torpe se vista en lascivo traje de la majestad de Minerva, y que en presencia suya se mezclen torpemente estos representantes; y que viendo ustedes ultrajada la majestad y la deidad violada, estén aplaudiendo con risa un acto tan profano. Tertuliano (197 d.C.)
Si hablamos de incestuosos, ¿quién más que aquellos que tienen por maestro al mismo Júpiter? Etesias dice que los persas se mezclaban con sus madres. Los macedonios, sospechosos están de este delito, porque oyendo representar la tragedia, cuando Edipo se lamentaba de haber violado a su madre, ellos llenos de risa dijeron: “Empacho tiene éste de haber escupido en su madre saliva genital.”
Tertuliano (197 d.C.)
Por otra parte, ¿dónde mejor que entre el altar y el templo traman, incitan y cometen los sacerdotes paganos los abusos, el comercio carnal y los adulterios? El placer desenfrenado se practica más a menudo en las habitaciones de los guardianes del templo que en los mismos prostíbulos.
Marco Minucio Félix (200 d.C.)
Luego Rómulo, (gobernador romano), contra todo derecho raptó, violó y ultrajó a jóvenes extranjeras ya desposadas, ya comprometidas en matrimonio, así como a algunas mujeres casadas y entabló una guerra con los padres de ellas, es decir, con sus suegros, derramando así la sangre de sus propios allegados. Marco Minucio Félix (200 d.C.)
Entre los persas es lícito unirse a su madre, entre los egipcios y atenienses son legítimos los matrimonios con las hermanas; los incestos son enaltecidos en sus historias y tragedias, que leen y oyen de buena gana. De igual modo, dan culto a dioses que han cometido uniones incestuosas con su madre, su hija o su hermana. Marco Minucio Félix (200 d.C.)
BENDICIONES
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