El hombre creado a imagen de Dios
A fin de puntualizar la verdad, este Adán es aquel primer hombre modelado, sobre el cual la Escritura afirma que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.” Todos los demás descendemos de él. Ireneo (180 d.C.)
Pero, como desde el principio el ser humano fue dotado del libre albedrío, Dios, a cuya imagen fue hecho, siempre le ha dado el consejo de perseverar en el bien, que se perfecciona por la obediencia a Dios. Ireneo (180 d.C.)
El Señor, como hombre y como Dios, nos envía toda clase de ayudas y beneficios. Como Dios, perdona nuestros pecados; como hombre, nos educa para no caer en ellos. Dios hizo las otras criaturas con una simple orden; al hombre, en cambio, lo ha modelado con sus propias manos y le ha infundido algo propio de Él. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Pues el hombre es la más bella de sus criaturas y un ser viviente capaz de amar a Dios.
Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Estos son sus argumentos, que siempre andan royendo como huesos: “Si Dios es bueno, y sabe lo que ha de suceder, y tiene poder para evitar el mal, ¿por qué toleró que el hombre, imagen y semejanza suya y aun de su misma sustancia en lo que al alma se refiere, fuese engañado por el diablo hasta el punto de que cayera en la muerte por no obedecer a la ley? Porque si Dios es bueno, no podía querer que esto sucediera; si conoce el futuro, sabía que esto tenía que suceder; si tenía poder para ello, debía haberlo evitado. De esta suerte, dadas estas tres propiedades de la majestad divina, nunca debiera haber sucedido lo que era incompatible con ellas. Por el contrario, si realmente sucedió así, es evidente que no podemos creer que Dios sea bueno, ni conocedor del futuro ni todopoderoso...” El hombre fue hecho por Dios como ser libre, capaz de albedrío y decisión propia: precisamente es en esto donde más en particular se manifiesta que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Tertuliano (197 d.C.)
Siendo que Él mismo es la imagen invisible del Dios invisible, Él ha expresado una parte de sí mismo de una forma invisible a todas sus criaturas racionales. Así que cada uno ha recibido una parte de Él exactamente proporcionado al aprecio mostrado hacia Él. De acuerdo con la facultad del libre albedrío, de la variedad y diversidad que caracteriza cada alma, una persona es atraída con más amor hacia el Autor de su ser, mientras que otra tiene un aprecio más débil hacia Él. Orígenes (248 d.C.)
BENDICIONES
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