MARCA DE LA BESTIA (666)
En los sistemas de letras y números griego y romano, no hubo caracteres especiales (tales como 1, 2 ó 3) para identificar a los números. Al contrario, las letras del alfabeto servían también como números. Por ejemplo, en el sistema romano, la “I” representa una letra del alfabeto; pero también al número uno. Por consiguiente, el nombre de toda persona tenía un equivalente numérico. Fue en este sentido, entonces, que los cristianos primitivos entendieron el pasaje de Apocalipsis que habla del “número del nombre (de la bestia).”
Y hacía que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis. Apocalipsis 13:16-18
El Anticristo dice estas últimas palabras a fin de que nadie vaya a creer que lo hace por poder divino, sino por obra de magia. Ni haya quien se admire de que, por medio de los demonios y espíritus apóstatas que le sirven, realice señales para seducir a los habitantes de la tierra… Y el número es seicientos sesenta y seis, es decir, seis centenas, seis decenas y seis unidades, para sintetizar toda su apostasía que ha tenido lugar durante seis mil años. Ireneo (180 d.C.)
Por todo lo anterior, la bestia que ha de venir sintentizará en sí toda la iniquidad y todo crimen a fin de que, agrupando y encerrando en ella toda la fuerza de la apostasía, sea en ella arrojada al horno de fuego. Con razón su nombre llevará la cifra 666, la cual sintetiza toda la malicia anterior al diluvio, toda la mezcla de males que provocó la apostasía de los ángeles. Noé tenía seiscientos años cuando el diluvio cayó sobre la tierra y aniquiló todos los seres vivientes sobre la tierra, por la perversidad de la generación en tiempos de Noé. Esa apostasía sintetiza todos los errores e idolatrías cometidos desde el diluvio, el asesinato de los profetas y los suplicios infligidos a los justos. El ídolo que Nabucodonosor erigió era de sesenta codos de alto y seis de ancho, y por negarse a adorarlo, Ananías, Azarías y Misael fueron arrojados al horno de fuego, prueba que sirvió como profecía de lo que sucederá al fin de los tiempos, cuando los justos sufrirán la prueba del fuego: pues dicho ídolo fue el preanuncio de la llegada de aquel que ordenará a todos los hombres adorarlo sólo a él. Así, pues, los seiscientos años de Noé, en cuyo tiempo cayó el diluvio por motivo de la apostasía, y el número de codos del ídolo por motivo del cual los justos fueron arrojados al horno de fuego, forman la cifra del nombre en el cual se sintetizan seis mil años de toda apostasía, injusticia, maldad, falsa profecía, por los cuales descenderá también un diluvio de fuego.
Ireneo (180 d.C.)
Porque el nombre “Evanthas” contiene el número requerido (666), pero no hago acusación observándolo. Luego, también “Lateinos” tiene el número… “Teitan,” también… es más digno de crédito. Porque tiene en sí mismo el número predicho. Sin embargo, no incurriré al riesgo de anunciar dogmáticamente el nombre del Anticristo. Porque si hubiese sido necesario que su nombre sea revelado específicamente en este tiempo, habría sido anunciado por el que contempló la visión apocalíptica. Ireneo (180 d.C.)
El Anticristo lleno de astucia, se exaltará contra los que sirven a Dios, él deseará afligirlos y perseguirlos en este mundo, pues ellos no le darán gloria. Él mandará que en todo lugar todo el mundo establezca lugares de sacrificio para que ninguno de los santos pueda comprar ni vender sin primero sacrificar. Esto es lo que quiere decir recibir la marca en la mano dercha. Y la frase “en la frente,” indica que a todos ellos se les pondrá una corona de fuego y de muerte, mas no de vida. Hipólito (200 d.C.)
Con respecto a su nombre (de la bestia), no está en nuestro poder explicarlo con exactitud, no como el dichoso Juan lo entendió y fue instruido acerca de ello. Al contrario, sólo podemos conjeturar… Sin embargo, ya que nuestra dudosa preocupación del tema prosigue, podemos hablar. En verdad, podemos encontrar muchos nombres cuyas letras equivalen a este número. Por ejemplo, el nombre Teitan, un nombre antiguo y notable; o Evanthas, pues éste también compone el mismo número. Y pueden encontrarse otros muchos… Es evidente que todos aquellos que en el presente tiempo sostienen el poder son los lateinos. Si tomamos el nombre como el de un hombre solo, sería “Latinus.” Sin embargo, ni deberíamos atribuirle éste como si fuera su nombre, ni deberíamos ignorar el hecho de que no puede ser designado de otro modo. Pues teniendo el misterio de Dios en nuestro corazón, debemos guardar fielmente y con temor lo que se nos ha dicho por los profetas. De este modo, cuando aquellas cosas sucedan, podamos estar preparados y no ser engañados. Hipólito (200 d.C.)
Como lo han calculado de los caracteres griegos, de este modo han hallado entre muchos el nombre Teitan. Porque Teitan tiene este número y es calculado de la siguiente manera: t, trescientos; e, cinco; i, diez; t, trescientos; a, uno; n, cincuenta. Cuando éstos están juntos, suman seiscientos sesenta y seis. En cuanto pertenezcan a las letras griegas, estos caracteres equivalen exactamente a este número y nombre. Y si deseas cambiar dicho número al latín, se entiende por la palabra “Diclux.” Estas letras figuran de esta manera: D, quinientos; I, uno; C, cien; L, cincuenta; V, cinco; X, diez. Y del mismo modo, enumerando letras mencionadas, en total es seiscientos sesenta y seis. Victorino (280 d.C.)
Pero el rey (refiriéndose al Anticristo)… también será un profeta de mentiras. Él se constituirá y se llamará a sí mismo Dios y dará una orden para que lo adoren como al Hijo de Dios. Y le será dado poder para hacer señales y maravillas, con lo que seducirá a los hombres a adorarlo… Entonces intentará destruir el templo de Dios y perseguirá a los justos. Habrá angustia y tribulación como nunca lo ha habido desde el principio del mundo. Todos aquellos que crean en él y se unan a él, serán marcados por él como ovejas. Pero aquellos que rehúsan su marca, huirán a las montañas o, siendo atrapados, serán llevados a la muerte por medio de torturas lentas y minuciosas… Le será dado poder para desolar toda la tierra por cuarenta y dos meses. Lactancio (304-313 d.C.)
BENDICIONES
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