RESURRECCIÓN
Ahora bien, el que le levantó a Él de los muertos nos levantará también a nosotros; si hacemos su voluntad y andamos en sus mandamientos y amamos las cosas que El amó. Policarpo (135 d.C.)
Porque si le agradamos en este mundo presente, recibiremos también el mundo futuro, según Él nos prometió que nos levantaría de los muertos, y que si nos conducimos dignamente de Él, también reinaremos con Él si en verdad tenemos fe.
Policarpo (135 d.C.)
(En la hora de su martirio) mirando al cielo Policarpo dijo: “Oh Señor Dios Todopoderoso… te bendigo porque me has concedido este día y hora para que pueda recibir una porción entre el número de los mártires en la copa de tu Cristo en la resurrección de vida eterna, tanto del alma como del cuerpo, en la incorruptibilidad del Espíritu Santo.” Martirio de Policarpo (135 d.C.)
Y que nadie entre ustedes diga que esta carne no va a ser juzgada ni levantarse otra vez. Entiendan esto: ¿En qué fueron salvados? ¿En qué recobraron la vista si no fue en esta carne? Por tanto hemos de guardar la carne como un templo de Dios; porque de la misma manera que fueron llamados en la carne, serán juzgados también en la carne. Segunda de Clemente (150 d.C.)
Bienaventurados los que obedecen estas ordenanzas. Aunque tengan que sufrir aflicción durante un tiempo breve en el mundo, recogerán el fruto inmortal de la resurrección. Segunda de Clemente (150 d.C.)
Si han tropezado con algunos que se llaman cristianos y no confiesan esto, sino que se atreven a blasfemar del Dios de Abraham y de Isaac y de Jacob, y dicen que no hay resurrección de los muertos, sino que en el momento de morir sus almas son recibidas en el cielo, no los tengan por cristianos... Yo por mi parte, y cuantos son en todo ortodoxos, sabemos que habrá resurrección de los muertos y un periodo de mil años en la Jerusalén reconstruida y hermoseada y dilatada, como lo prometen Ezequiel, Isaías y otros profetas. Justino Mártir (160 d.C.)
Los mandamientos del mismo Señor Jesucristo (los cristianos) los tienen grabados en sus corazones y los guardan, esperando la resurrección de los muertos y la vida del siglo por venir. Atenágoras (175 d.C.)
“Se siembra en debilidad, resucita en poder”: en su debilidad, porque siendo de tierra a la tierra regresa; mas en el poder de Dios, que la resucita de los muertos: “Se siembra un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual.” Sin duda enseñó que este discurso no se refiere al alma o al Espíritu, sino a los cuerpos muertos. Estos son cuerpos animales, esto es, que participan del alma; pero cuando la pierden, mueren; luego, resucitados por el Espíritu, se tornan cuerpos espirituales, para tener la vida por el Espíritu que siempre permanece. Ireneo (180 d.C.)
Puesto que el Señor “habitó en la sombra de la muerte,” donde estaban las almas de los muertos, luego resucitó corporalmente y después de resucitar fue asumido, es evidente que las almas de los discípulos por los cuales el Señor realizó esta obra, irán a un lugar invisible señalado por Dios, y allí permanecerán en espera de resucitar. En seguida recibirán sus cuerpos, y resucitando enteramente, es decir corporalmente, así como Cristo resucitó, se presentarán en la presencia de Dios. “Ningún discípulo está sobre su maestro; sino que todo discípulo consumado será como su maestro.” Sin embargo, nuestro Maestro no se retiró volando de inmediato, sino que después de su resurrección se detuvo durante el tiempo asignado por el Padre, simbolizado por Jonás: después de tres días fue asumido. De modo semejante también nosotros debemos esperar el tiempo que el Padre ha decidido para que resucitemos, como los profetas lo anunciaron. Así resucitaremos todos aquellos a quienes el Señor juzgare dignos. Ireneo (180 d.C.)
Primero habla de aquellos que resucitarán habiendo hecho el bien, para entrar en el reposo; después, de aquellos que resucitarán para ser juzgados; como dice la Escritura en el Génesis: que después de la consumación de este siglo, seguirá el día sexto, o sea el año 6000; porque éste será el día séptimo, día del descanso, como canta David: “Este es mi reposo, en él entrarán los justos.” Este séptimo día es el séptimo milenario en el que reinarán los justos, en el que está prometida la incorrupción. Ireneo (180 d.C.)
Así como a un vaso, si después de modelado resulta con algún defecto, se le vuelve a amasar y a modelar para hacerlo de nuevo y entero, así sucede también al hombre con la muerte: se le rompe por la fuerza, para que salga íntegro en la resurrección, es decir, sin defecto, justo e inmortal. Teófilo (180 d.C.)
Ciertamente que si la razón de la resurrección es para que todos asistan al juicio destinado, y allí oigan la sentencia final del juicio de Dios, será necesario que se presente allí el mismo que obró para que de las obras buenas o malas. Por esto han de presentarse también los cuerpos; pues el alma sola sin carne, no padece penas corporales, y ya que las almas han de ser juzgadas de las obras que hicieron con dependencia del cuerpo… es razonable que el cuerpo sea examinado por el servicio que hizo al alma. Tertuliano (197 d.C.)
Hombres ignorantes e incrédulos, piensan que nuestra carne se destruye después de la muerte hasta que ya no tiene apariencia de lo que antes era. Sin embargo, nosotros creemos en la resurrección de la carne y entendemos que la muerte sólo produce un cambio, después será levantado de la tierra. Orígenes (248 d.C.)
Los fieles que han muerto se levantarán de nuevo para ser vestidos de cuerpos por Dios. Recordarán su vida anterior y todas sus acciones. Lactancio (304-313 d.C.)
LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28-29
Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.
Hechos 24:15
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 1 Corintios 15:51-53
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
1 Tes 4:16-18
BENDICIONES
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