BAÑOS PÚBLICOS
Las que no se atreverían a desnudarse ante sus maridos, esforzándose por parecer recatadas, permiten en cambio que quienes desean puedan contemplarlas desnudas en los baños, pues aquí no tienen vergüenza para desnudarse ante los mirones, como comerciantes de su cuerpo.
Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Los baños permanecen abiertos indistintamente para los hombres como para las mujeres, y allí se desnudan en busca de la incontinencia “pues por la vista nace la pasión entre los hombres,” como si en los baños se lavara el pudor. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
Las que no lo han perdido hasta este punto excluyen a los extraños, pero se bañan juntamente con sus criados particulares, se desnudan ante los esclavos y se hacen frotar por ellos, permitiendo al amante del deseo, la impunidad de tocar. Clemente de Alejandría (195 d.C.)
¿Qué de las vírgenes que frecuentan los baños indecentes, las que desgraciadamente miran a hombres desnudos y del mismo modo son vistas desnudas por ellos? ¿No son ellas las que provocan a la tentación y al vicio? Tú que concurres a los baños. Estos lugares donde frecuentan son más sucios que el teatro. Allí no existe la modestia. El honor y la modestia del cuerpo se dejan a un lado, igual que la ropa que cubre. La virginidad se exhibe para ser señalada y manoseada. ¡Ahora, entonces, considera, cuando estás vestida, si eres modesta delante de los hombres, después que el descaro de tu desnudez te ha conducido a la inmodestia!
Cipriano (250 d.C.)
¿Podemos creer que un hombre se está lamentando de todo corazón… cuando desde el primer día de su pecado frecuenta diariamente los baños con mujeres? Cipriano (250 d.C.)
BENDICIONES
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