CRISTO: Antes de toda la creación
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Genesis 1:26
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58
Este Verbo, que era desde el principio, apareció ahora y, con todo, se probó que era antiguo, y es engendrado siempre de nuevo en los corazones de los santos. Este Verbo, digo, que es eterno, es el que hoy es contado como Hijo.
Epístola a Diogneto (125-200 d.C.)
El Hijo de Dios es más antiguo que toda su creación, de modo que fue el consejero del Padre en la obra de su creación. Por tanto, también Él es antiguo.
Hermas (150 d.C.)
En cuanto a su Hijo, el único a quien con propiedad se llama Hijo, el Logos que está con él, siendo engendrado antes de las criaturas, cuando al principio creó y ordenó por medio de él todas las cosas, se le llama Cristo a causa de su unción y de que fueron ordenadas por medio de él todas las cosas.
Justino Mártir (160 d.C.)
A nosotros nos ha revelado él cuanto por su gracia hemos entendido de las Escrituras, reconociendo que él es el primogénito de Dios anterior a todas las criaturas. Justino Mártir (160 d.C.)
Así pues, si alguien nos pregunta: “¿Cómo el Padre emitió al Hijo?,” le respondemos que esta producción, o generación, o pronunciación, o parto, o cualquier otro nombre con el que quiera llamarse este origen, es inexpresable. Ireneo (180 d.C.)
Este Hijo siempre existe con el Padre, y desde el principio revela al Padre, a los ángeles, arcángeles, potestades, poderes, y a todos aquellos a quienes Dios quiere revelarse. Ireneo (180 d.C.)
Mas el Verbo de Dios no elevó a Abraham a su amistad porque le hiciese falta, pues es perfecto desde siempre, en efecto, dijo: “Antes de que Abraham fuese, yo existo.” Ireneo (180 d.C.)
Así pues, cuando al principio Dios creó a Adán, no lo hizo por necesidad, sino para tener a alguien que fuese objeto de sus beneficios. En cambio no sólo antes de Adán, sino antes de toda otra creación, el Verbo glorificaba a su Padre, permanecía en El, y el Padre lo glorificaba a El, como él mismo dijo: “Padre, glorifícame con la gloria que tuve delante ti antes de que el mundo existiese.” Ireneo (180 d.C.)
Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con El antes de la creación, lo afirma por Salomón: “Dios creó la tierra con sabiduría, y con inteligencia consolidó los cielos; por su ciencia se abrieron los abismos y las nubes destilaron rocío.” Y también: “El Señor me hizo al inicio de sus caminos, antes de sus obras. Desde la eternidad me fundó, desde el principio, antes que la tierra. Antes de que existiesen los abismos y manasen las fuentes de las aguas, antes de que se asentasen los montes, antes de todas las colinas me engendró.” Y también: “Cuando asentó los cielos, yo estaba con El, y cuando afirmó las fuentes del abismo; cuando fortalecía los cimientos de la tierra, yo estaba con El como arquitecto. Yo era en quien El se complacía, y cada día me alegraba en todo tiempo ante su rostro, cuando El se gozaba en la perfección del universo y se regocijaba con los hijos de los hombres.” Ireneo (180 d.C.)
El Hijo de Dios, preexistente con el Padre, engendrado antes de la fundación del mundo, y aparecido, como hombre, al mundo entero en los últimos tiempos; Él es el Verbo de Dios que recapitula en sí todas las cosas, las del cielo y las de la tierra. Ireneo (180 d.C.)
Que Cristo, Hijo de Dios, existente antes del mundo, estaba con el Padre y junto al Padre. Ireneo (180 d.C.)
Hemos de entender que la luz eterna no es otra que el mismo Dios Padre. Ahora bien, nunca se da la luz sin que se dé juntamente con ella el resplandor, ya que es inconcebible una luz que no tenga su propio resplandor. Si esto es así, no se puede decir que hubiera un tiempo en el que no existiera el Hijo…Con todo, no hubo tiempo en el que el Hijo no existiera. Orígenes (225 d.C.)
BENDICIONES
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