jueves, 8 de septiembre de 2011

LA DIVINIDAD DE CRISTO

La divinidad del Hijo

 

Sería bastante dificultoso entender la mayor parte de los escritos de los primeros cristianos sin apreciar los significados y la importancia de la palabra griega logos, particularmente cuando se la usa como un título de Cristo. Ya que las versiones españolas que usamos mayormente la traducen como Verbo o Palabra cuando este título se refiere al Hijo, los lectores casi no pueden apreciar el término logos y su importancia. Logos es un término intraducible, porque en griego éste significa más que simplemente palabra o verbo. En la gama de su significado podría incluirse “razón,” “principio racional” e incluso “mente.” Los primeros cristianos usan el término logos extensamente cuando hablan del Hijo de Dios. Cuando Juan se refiere al Hijo como el Logos de Dios, los primeros cristianos entendían que el Hijo es el eterno principio Racional del Padre, el consejero del Padre antes de todas las edades. 

  Sólo hay un médico, de la carne y del espíritu, engendrado y no engendrado, Dios en el hombre, verdadera Vida en la muerte, hijo de María e Hijo de Dios, primero pasible y luego impasible: Jesucristo nuestro Señor. Ignacio (105 d.C.)


Hermanos, tendríamos que pensar en Jesucristo como Dios y como Juez de los vivos y los muertos. 
Segunda de Clemente (150 d.C.) 

Nosotros hemos aprendido que Cristo es el primogénito de Dios, el cual, como ya hemos indicado, es el Logos, del cual todo el género humano ha participado. Justino Mártir (160 d.C.)


El Padre quiso que éste se hiciera hombre por medio de una virgen, como antes se había hecho fuego para hablar con Moisés desde la zarza... Ahora bien, que Cristo es Señor y Dios, Hijo de Dios, que en otros tiempos se apareció por su poder como hombre y como ángel y en la gloria del fuego en la zarza y que se manifestó en el juicio contra Sodoma, lo he mostrado ya largamente. 
Justino Mártir (160 d.C.)


No estamos locos helenos, ni predicamos tonterías, cuando anunciamos que Dios apareció en forma humana. Ustedes, que nos insultan, comparen sus mitos con nuestras narraciones. 
Taciano (160 d.C.)


Ni el Señor, ni el Espíritu Santo por los profetas, ni los apóstoles jamás habrían llamado Dios de modo absoluto y definitivo al que no lo fuese verdaderamente; ni habrían llamado Señor a ninguna otra persona, sino al Dios Padre soberano de todas las cosas, y a su Hijo que recibió de su Padre el señorío sobre toda la creación, según aquellas palabras: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies.” En este pasaje se presenta al Padre conversando con el Hijo; él “le ha dado las naciones por herencia” y le ha sometido a todos sus enemigos. Y como el Padre es en verdad Señor, y el Hijo es en verdad Señor, con razón el Espíritu Santo los llamó con el título Señor. 
Ireneo (180 d.C.) 

Pero volvamos al tema que estábamos tratando. Ha sido declarado con toda evidencia que los predicadores de la verdad y apóstoles de la libertad, a ningún otro llamaron Dios o Señor, sino al único Dios verdadero, el Padre, y a su Verbo que tiene la soberanía sobre todas las cosas. 
Ireneo (180 d.C.) 

Que ninguno de entre todos los hijos de Adán sea llamado Dios por sí mismo, o proclamado Señor, lo hemos demostrado por las Escrituras; y que Él solo entre todos los hombres de su tiempo sea proclamado Dios y Señor, siempre Rey, Unigénito y Verbo encarnado, por todos los profetas y apóstoles y aun por el mismo Espíritu, es cosa que pueden ver todos aquellos que acepten un poco de la verdad. 
Ireneo (180 d.C.)


Y, finalmente, el Padre se manifestó en su Verbo hecho visible y palpable: todos vieron al Padre en el Hijo, aunque no todos creyeron en él. Pues lo invisible del Hijo es el Padre, y lo visible del Padre es el Hijo. Por eso, mientras él estuvo presente, todos lo reconocían como Cristo y lo llamaban Dios. 
Ireneo (180 d.C.) 

Luego el mismo Cristo es, con el Padre, Dios de los vivientes, el que habló a Moisés, el que se manifestó a los padres. Ireneo (180 d.C.) 

En cambio, su Verbo, por medio del cual hizo todas las cosas y que es su propia potencia y sabiduría, tomando la figura del Padre y Señor del universo, fue el que se presentó en el paraíso en forma de Dios y conversaba con Adán. La misma Escritura divina nos enseña que Adán decía haber oído su voz. 
Teófilo (180 d.C.) 

Cristo, hijos míos, es semejante a Dios, su padre, de quien es precisamente Hijo, sin pecado ni reproche y sin pasiones en su alma, es el Dios sin mancha en forma de hombre, servidor de la voluntad del Padre, el Logos Dios, que está en el Padre, que está a la derecha del Padre, Dios también por su figura. Clemente de Alejandría (195 d.C.)


Preguntemos a esos sabios: ¿El Cristo que hoy ha sido reengendrado es ya perfecto, o, lo que sería del todo absurdo, le falta alguna cosa? En este caso, forzoso es que aprenda; pero es imposible que aprenda alguna cosa, porque es Dios. Clemente de Alejandría (195 d.C.) 

De ningún modo se observa a Cristo como un ángel: como Gabriel o Miguel. (Tertuliano 210 d.C.) 

Cristo es el Dios superior a todas las cosas. Hipólito (200 d.C.) 



 LA AUTORIDAD MAXIMA: LA PALABRA DE DIOS


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1 

Yo y el Padre uno somos. Juan 10:30 

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con ustedes, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? Juan 14:9 

Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Juan 20:28 

Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Hebreos 1:8-9

BENDICIONES

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