IGLESIAS APOSTÓLICAS
Definición, función e importancia
Entonces, si se halla alguna divergencia aun en alguna cosa mínima, ¿no sería conveniente volver los ojos a las iglesias más antiguas, en las cuales los apóstoles vivieron, a fin de tomar de ellas la doctrina para resolver la cuestión, lo que es más claro y seguro? Incluso si los apóstoles no nos hubiesen dejado sus escritos, ¿no hubiera sido necesario seguir el orden de la tradición que ellos legaron a aquellos a quienes confiaron las iglesias? Ireneo (180 d.C.)Así pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad en lo que toca a tu salvación, recorre las iglesias apostólicas en las que todavía tienen autoridad las mismas cátedras de los apóstoles. En ellas se leen todavía las cartas auténticas de ellos.
Tertuliano (197 d.C.)
Ninguna enseñanza podrá ser recibida como apostólica, excepto las que son proclamadas en las iglesias fundadas por los apóstoles.
Tertuliano (197 d.C.)
¿Qué es lo que predicaron los apóstoles, es decir, qué es lo que Cristo les reveló? Mi presupuesto de prescripción es que esto no se puede esclarecer si no es recurriendo a las mismas iglesias que los apóstoles fundaron y en las que ellos predicaron “de viva voz,” como se dice, lo mismo que más tarde escribieron por cartas. Si esto es así, es evidente que toda doctrina que esté de acuerdo con la de aquellas iglesias apostólicas, madres y fuentes de la fe, debe ser considerada como verdadera, ya que claramente contiene lo que las iglesias han recibido de los apóstoles, como éstos la recibieron de Cristo y Cristo de Dios… Nosotros estamos en comunión con las iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere de la de aquellas. Este es el criterio de la verdad. Tertuliano (197 d.C.)
Así pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad en lo que toca a tu salvación, recorre las iglesias apostólicas en las que todavía en los mismos lugares tienen autoridad las mismas cátedras de los apóstoles. En ellas se leen todavía las cartas auténticas de ellos, y en ellas resuena su voz y se conserva el recuerdo de su figura. Si vives en las cercanías de Acaya, tienes Corinto. Si no estás lejos de Macedonia, tienes Filipos. Si puedes acercarte al Asia, tienes Efeso. Si estás en los confines de Italia, tienes Roma, cuya autoridad también a nosotros nos apoya. Cuán dichosa es esta iglesia, en la que los apóstoles derramaron toda su doctrina juntamente con su sangre. Tertuliano (197 d.C.)
Siendo cosa clara que es más verdadero lo que es más antiguo, y es más antiguo lo que viene de los comienzos, y viene de los comienzos lo que viene de los apóstoles, será igualmente claro que fue transmitido por los apóstoles lo que es tenido por santo en las iglesias de los apóstoles. Veamos cuál es la leche que los corintios bebieron del apóstol Pablo, según qué principios fueron reprendidos los gálatas, qué se escribió a los filipenses, a los tesalonicenses, a los efesios, qué es lo que los romanos oyen directamente, a los que tanto Pedro como Pablo les dejaron el evangelio sellado con su propia sangre. Tertuliano (197 d.C.)
Los apóstoles así fundaron iglesias en cada una de las ciudades, y de éstas las demás iglesias tomaron luego el retoño de la fe y la semilla de la doctrina, como lo siguen haciendo todos los días para ser constituidas como iglesias. Por esta razón éstas se tenían también por iglesias fundadas por los apóstoles, puesto que eran como retoños de las iglesias apostólicas. A todo linaje se le atribuyen las características de su origen. Y así todas estas iglesias, tan numerosas y tan importantes, se reducen a aquella primera iglesia de los apóstoles, de la que todas provienen. Todas son primitivas; todas son apostólicas, puesto que todas son una. Tertuliano (197 d.C.)
Es esta autoridad de las iglesias apostólicas la que garantiza los demás evangelios que nos han llegado a través de ellas y según la interpretación de ellas, a saber, el de Juan, el de Mateo, y el que publicó Marcos, aunque se dice que es de Pedro, de quien Marcos era intérprete, y el que compuso Lucas, cuyo contenido se atribuye a Pablo. Tertuliano (197 d.C.)
Nosotros estamos en comunión con las Iglesias apostólicas, ya que nuestra doctrina en nada difiere de la de aquéllos. Este es el criterio de la verdad. Tertuliano (197 d.C.)
La iglesia de Dios que reside en Roma a la iglesia de Dios que reside en Corinto… Porque, ¿quién ha residido entre ustedes que no aprobara su fe virtuosa y firme? ¿Quién no admiró su piedad en Cristo, sobria y paciente? ¿Quién no proclamó su disposición magnífica a la hospitalidad? ¿Quién no les felicitó por su conocimiento perfecto y sano? Porque hacían todas las cosas sin hacer acepción de personas, y andaban conforme a las ordenanzas de Dios.
Clemente de Roma (30-100 d.C.)
Este asunto han entendido bien los corintios mismos. De hecho, hasta este mismo día, las vírgenes igual que las mujeres se cubren con el velo. Los discípulos aprueban lo que los apóstoles ordenaron. Tertuliano (197 d.C.)
Ignacio… a la iglesia que está en Efeso, digna de toda felicitación: saludos abundantes en Cristo Jesús y en su gozo intachable.
Ignacio (105 d.C.)
Ustedes son la ruta de aquellos que están en camino para morir en Dios. Están asociados en los misterios con Pablo, que fue santificado, que obtuvo un buen nombre, que es digno de toda felicitación; en cuyas pisadas de buena gana quisiera estar andando, cuando llegue a Dios; el cual en cada carta hizo mención de ustedes en Cristo Jesús.
Ignacio (105 d.C.)
Yo me entrego a ustedes, y me dedico como una ofrenda para su iglesia, efesios, que es famosa por todos los siglos. Ignacio (105 d.C.)
Finalmente la iglesia de Efeso, que Pablo fundó y en la cual Juan permaneció hasta el tiempo de Trajano, es también testigo de la tradición apostólica verdadera. Ireneo (180 d.C.)
Policarpo y los presbíteros que están con él a la iglesia de Dios que reside en Filipos… Me gocé en gran manera con ustedes en nuestro Señor Jesucristo, por el hecho de que recibieron a los seguidores del verdadero amor… y que la firme raíz de su fe, cuya fama llega a los tiempos primitivos, permanece aún ahora y lleva fruto para nuestro Señor Jesucristo. Policarpo (135 d.C.)
Porque Pablo se gloriaba de ustedes (los filipenses) en todas las iglesias que eran las únicas que en aquel tiempo conocían a Dios… Porque estoy persuadido de que están bien versados en los escritos santos, y nada está escondido de ustedes. Policarpo (135 d.C.)
Luego de haber fundado y edificado la iglesia de Roma, los dichosos apóstoles entregaron el servicio del episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo. Anacleto lo sucedió. Después de él, en tercer lugar desde los apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y tradición de los apóstoles que todavía resonaba; y no él solo, porque aún vivían entonces muchos, los cuales habían recibido la doctrina de los apóstoles. En tiempo de este mismo Clemente suscitándose una disensión no pequeña entre los hermanos que estaban en Corinto, la iglesia de Roma escribió la carta más autorizada a los corintios, para congregarlos en la paz y ayudar a su fe, y para anunciarles la tradición que poco tiempo antes había recibido de los apóstoles. Ireneo (180 d.C.)
La iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo, desde los apóstoles, conserva la tradición y “la fe anunciada” a los hombres por los sucesores de los apóstoles que llegan hasta nosotros… porque en ella todos los que se encuentran en todas partes han conservado la tradición apostólica. Ireneo (180 d.C.)
En esta forma, sólo las iglesias apostólicas pueden presentar sus listas hasta la edad apostólica, como la de Esmirna, que afirma que Policarpo fue instituido por Juan, y la de Roma, que afirma que Clemente fue ordenado por Pedro. Tertuliano (197 d.C.)
Cuán dichosa es esta iglesia de la ciudad de Roma,
en la que los apóstoles derramaron toda su doctrina juntamente con su sangre, donde Pedro sufrió una pasión semejante a la del Señor, donde Pablo fue coronado con un martirio semejante al de Juan el Bautista, donde el apóstol Juan fue sumergido en aceite ardiente sin sufrir daño alguno, para ser luego desterrado a una isla. Tertuliano (197 d.C.)
BENDICIONES
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