A menudo se reconoce a Agustín como el creador de la doctrina de la “guerra justa”. A decir verdad, él no lo fue. Los filósofos y los gobernantes paganos griegos fueron los primeros en formular una doctrina de la guerra justa. Agustín sólo se adueñó de lo que ellos habían enseñado cientos de años antes.
Yo he visto varias listas de los criterios presentados por Agustín como necesarios para que una guerra fuera justa y, por tanto, moralmente correcta para los cristianos. Sin embargo, estas listas son un poco engañosas. Agustín nunca escribió un tratado sobre la doctrina de la “guerra justa”. Y él nunca formuló un listado de criterios necesarios para que una guerra fuera justa. En cambio, varios teólogos medievales como Thomas Aquinas formularon listas de criterios, y alegaron que éstas fueron las condiciones establecidas por Agustín.
La verdad del asunto es que Agustín ciertamente justificó la guerra, como hemos visto anteriormente. Y él presentó varias justificaciones para la guerra a través de sus varias obras. Sin embargo, el mismo Agustín nunca dijo que tenían que cumplirse todos estos criterios o aspectos para que una guerra fuera justa. No obstante, basados en los escritos de Agustín, los teólogos medievales sugirieron una lista de condiciones que harían justa a una guerra.
Según estos teólogos, sería correcto y justo que un cristiano matara a otro hombre si:
• El cristiano ama al hombre que él está matando.
• El cristiano mata en una guerra que se ha iniciado como último recurso después de que toda otra solución posible haya fracasado.
• El cristiano mata sólo en una guerra que se libra para restablecer los derechos que verdaderamente han sido violados o para defenderse de demandas injustas impuestas por la fuerza.
• El cristiano mata solamente en una guerra que se libra bajo la autoridad de un gobernante.
• El cristiano mata sólo en una guerra en que su bando tiene una posibilidad razonable de ganar.
• El cristiano trata de distinguir entre soldados y civiles, y nunca mata a civiles a propósito.
• El cristiano mata solamente en una guerra donde la matanza es “proporcional” al fin que se busca.
• El cristiano mata sólo en una guerra en que el bien que se busca por medio de su violencia supera el mal que la violencia produce.
• El cristiano mata sólo en una guerra en que el bando vencedor nunca requiere la total humillación del bando perdedor.
Si usted es cristiano, estas condiciones deben parecerle absurdas. Sin embargo, pueda que no le parezcan así. Eso se debe a que casi todos nosotros hemos sido fuertemente bombardeados por el híbrido constantiniano y también por los argumentos formulados por Agustín en favor del mismo. Por lo tanto, permítame ayudarle a ver en qué consiste lo absurdo.
Bajo el antiguo código de guerra se consideraba perfectamente legítimo y honorable matar a todos los hombres del enemigo y violar sexualmente a todas sus mujeres. Ya hemos visto cómo Agustín racionalizó la matanza de hombres. Ahora, veamos cómo se verían estas mismas condiciones si las aplicamos a la violación de mujeres. Digamos que es correcto y justo que un cristiano viole a una mujer si:
• El cristiano ama a la mujer que está violando.
• El cristiano viola a las mujeres solamente en una guerra que se ha iniciado como último recurso después de que toda otra solución posible haya fracasado.
• El cristiano viola a las mujeres sólo en una guerra que se libra para restablecer los derechos que verdaderamente han sido violados o para defenderse de demandas injustas impuestas por la fuerza.
• El cristiano viola a las mujeres sólo en una guerra que se libra bajo la autoridad de un gobernante.
• El cristiano viola a las mujeres sólo en una guerra en que su bando tiene una posibilidad razonable de ganar.
• El cristiano trata de distinguir entre las esposas de los soldados y las esposas de los civiles, y nunca viola a las esposas de los civiles a propósito.
• El cristiano viola a las mujeres solamente en una guerra donde el acoso violento es “proporcional” al fin que se busca.
• El cristiano viola a las mujeres sólo en una guerra en que el bien que se busca por medio de este acto violento supera el mal que la violencia produce.
• El cristiano viola a las mujeres sólo en una guerra en que el bando vencedor nunca requiere la total humillación del bando perdedor.
Probablemente a usted no le cueste darse cuenta de lo absurdo de estos criterios cuando se aplican a la violación de mujeres. ¿Por qué, pues, resulta tan difícil ver lo absurdo cuando se trata de matar a los hombres en lugar de violar a las mujeres? Esto se debe a que casi todos nosotros hemos sido bombardeados con la mentalidad del híbrido. Hemos crecido en una sociedad que acepta y propaga los valores del híbrido. Recuerda, bajo el híbrido, no se le atribuyó ninguna condena a los pecados de violencia, tales como matar y torturar, mientras estos actos fueran llevados a cabo bajo la autoridad de los gobernantes. Sin embargo, el híbrido casi siempre condenó los pecados sexuales de cualquier tipo.
Los criterios de la “guerra justa” son una clara violación de las enseñanzas de Jesús. Por ejemplo, los criterios de la “guerra justa” plantean que, para que sea justa, una guerra debe librarse para restablecer los derechos que verdaderamente han sido violados o para defenderse de las demandas injustas impuestas por la fuerza. Sin embargo, Jesús ya había abordado ese mismo asunto. Él dijo que no debemos resistir al que es malo. Si alguien quiere quitarle su túnica, permítale que se lleve también su capa. Si alguien le obliga a llevar carga por una milla, vaya con él dos. Los cristianos no libran las guerras para restablecer los derechos; ellos sufren las pérdidas de buena gana. Ellos vuelven la otra mejilla. Ellos no se vengan ni contraatacan. Tampoco creen que estas cosas se puedan hacer en amor.
BENDICIONES
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.
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