Como he dicho antes, lo que he compartido con ustedes en este Blog no es la teología inventada personalmente por David Bercot. Es la fe cristiana histórica. Es lo que enseñaba la iglesia de los primeros siglos, lo cual puede demostrarse fácilmente a partir de los escritos de los primeros cristianos pre-constantinianos.*
Los evangélicos que adoran a María
Si no recuerda nada más de este Blog, espero que recuerde que la esencia del cristianismo no es teológica ni mecánica, sino una cuestión de relación.
Esto no quiere decir que no haya doctrinas teológicas necesarias, porque sí las hay. Sin embargo, cuando entramos en el reino, entramos en una relación continua con nuestro Rey.
Por supuesto, la mayoría de las iglesias hoy reconocen que como cristianos entramos en una relación con Jesús. Pero la relación que ellos describen no es la misma de la cual habla Jesús.
La relación de la teología popular moderna es por lo general una relación falsa con un Jesús falsificado.
Uno de los grandes pecados de la Iglesia Católica Romana es su devoción a María.
La María del catolicismo romano y de la ortodoxia oriental es extremadamente popular porque María nunca se enoja, nunca castiga el pecado ni tampoco tiene mandamientos que dar. Su gracia cubre todo pecado. Y lo único que ella pide a cambio es devoción popular. Los católicos devotos se imaginan que ellos tienen una relación perpetua con esta María de ensueño.
Si bien los cristianos creyentes de la Biblia critican a los católicos por adorar a María, lo cierto es que la mayoría de ellos también adoran a una María. ¿Qué? ¿Qué ellos también adoran a una María? Sí, lo hacen.
Pero ellos la llaman Jesús, no María. El Jesús popular, el Jesús de sólo crea y listo, es sencillamente una versión recalentada de la María católica.
Este Jesús nunca está enojado, él nunca castiga el pecado ni tampoco tiene mandamientos. Él es toda gracia, y no ama otra cosa que ser alabado y adorado.
Una relación con este Jesús falsificado no es más real que la relación imaginaria de los católicos con María.
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.
De acuerdo con usted. Ese Jesús que predican hoy es un dios hecho a gusto y medida de los que no quieren pagar el precio y sufrir el evangelio. Es un ídolo, un falso dios. Cristo es Señor y si somos cristianos: debemos negarnos a nosotros mismos, cargar la cruz cada día y seguirlo. Bendiciones
ResponderEliminarLas personas se han inventado un dios de ensueño en sus mentes, producto de su misma imaginacion, un dios que parece mas bien un mayordomo dispuesto a servir, prosperar, cumplir sueños, en fin un dios a la medida, que no da mandamientos, al cual no hay que obedecer,no castiga, es bonachon y tolera el pecado, es como un amuleto que se usa antes de hacer algo importante para que traiga suerte. En cambio el Dios de la biblia, aunque es amor, tambien es fuego consumidor, es Santo Santo Santo, es cosa terrible caer en sus mano, derrama su ira al que rehusa a cerer en su Hijo, demanda obediencia y santidad de su pueblo y esta enojado no solo con el pecado, sino con el pecador no arrepentido, este Dios manda a que todos los hombres en todo lugar se arrepientan y dejes sus pecados y le sigan, este Dios juzgara a este mundo pecador derramando su ira terrible, pero tambien ha sido bueno y benigno enviando a su Hjo para salvar a lo que le obedecen, por eso al unico Dios verdadero sea la Gloria y Honor y Honra por todos los siglos amen!
ResponderEliminaramen, muy buen comentario hno José!
EliminarCIERTO!!! Dlb
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