Autoexamen
La mayoría de los cristianos norteamericanos afirman que el reino verdaderamente ocupa el primer lugar en sus vidas. “Por supuesto, poseo un tesoro considerable aquí en la tierra. Pero eso no significa nada para mí. Mi corazón tiene su enfoque en Jesús, no en estos tesoros terrenales”. Eso es lo que la mayoría de nosotros decimos, ¿no es cierto?Tal vez eso sea lo que usted mismo afirma. Y quizá sea la verdad. Pero el corazón del hombre es engañoso. Es por ello que todos debemos hacernos un autoexamen profundo para determinar qué realmente es el enfoque de nuestro corazón. A continuación notemos algunas preguntas simples que pueden ayudarlo en ese empeño.
Si es el sostén de la familia, tome una hoja de papel y escriba:
Ahora compare la cantidad de horas que usted pasa cada semana en los intereses del reino con la cantidad de horas que usted pasa cada semana percibiendo y ocupándose de las cosas materiales. ¿A qué dedica usted la mayor parte de su tiempo?
Obviamente, un trabajo secular es necesario para satisfacer las necesidades de la vida. Pero, ¿creemos que podremos convencer a Jesús de que sólo estamos trabajando para satisfacer las necesidades de la vida, y no para mantener el placentero estilo de vida norteamericano?
¿Qué tiene prioridad cuando hay un conflicto entre nuestros compromisos laborales y los del reino? ¿Requiere nuestro empleo que faltemos a la iglesia con frecuencia? ¿Será que nuestro trabajo nos deja demasiado cansados como para hacer algo de valor en el reino de Dios? ¿Creemos nosotros que nuestro compromiso con el reino se encuentra al día si hablamos diez minutos diarios con el Rey y su Padre?
Si es ama de casa, usted podría hacerse las siguientes preguntas:
Por lo tanto, si usted es una esposa cristiana, asegúrese de estar poniendo los intereses del reino en primer lugar. Si de verdad usted es una cristiana del reino, asegúrese de que su esposo sepa que usted está satisfecha con poder cubrir las necesidades básicas de la vida. Pero no lo diga simplemente con palabras; demuéstrele que es así por medio de su manera de vivir, su manera de usar el dinero, y lo que pide.
Esto es sólo el comienzo
Sólo esta enseñanza de Jesús exige todo un cambio de paradigma, ¿verdad? En el reino de Dios, el valor de las cosas materiales es totalmente distinto al que tienen en este mundo. Pero el aspecto de la riqueza es sólo el comienzo. Hay mucho más cambios de valores que tenemos que hacer para conformarnos al reino de Dios.
Sin embargo, no se desespere. Jesús nunca nos exige sino aquellas cosas que él sabe que podemos hacer por medio de su poder.
BENDICIONES
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.
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