viernes, 14 de octubre de 2011

LOS PRIMEROS CRISTIANOS EN EL EJÉRCITO


No hay evidencia alguna en los escritos romanos seculares ni en los primeros escritos cristianos que demuestre que algún cristiano sirviera en los ejércitos romanos antes del año 170 d. de J.C. Sin embargo, a pesar de la condena de la iglesia primitiva en contra de la guerra y los asesinatos, el testimonio de la historia revela claramente que después del año 170 d. de J.C., hubo algunos cristianos en el ejército romano. 

Algunos escritores se han basado en esto para argumentar que, en realidad, los primeros cristianos no se oponían a la guerra. No obstante, esa no es una presentación honesta de la historia, ya que el testimonio unánime de todos los primeros escritores cristianos es que todos los cristianos se negaron a involucrarse en la matanza de personas.

Entonces, ¿cómo reconciliamos esta aparente contradicción? El trabajo de un cristiano primitivo titulado La tradición apostólica, recopilado por Hipólito cerca del año 200 d. de J.C., esclarece el asunto. Al describir cómo la iglesia debe tratar a los candidatos para el bautismo, Hipólito afirma:  

“A un soldado de la autoridad civil se le debe enseñar a que no mate a los hombres y a que se niegue a hacerlo si se le ordenara, y también a negarse a prestar juramento. Si él no está dispuesto a cumplir, se le debe rechazar para el bautismo. Un comandante militar o un juez de la corte que esté activo tiene que renunciar o ser rechazado. Si un candidato o un creyente busca convertirse en soldado, tendrá que ser rechazado por haber despreciado a Dios”.

Parece que a partir de cerca del año 170 d. de J.C., la política general de la iglesia primitiva era que si un soldado se convertía a Cristo, él no tenía que abandonar el ejército para ser bautizado. Sin embargo, él tenía que estar de acuerdo con nunca usar la espada ni prestar juramento. Pero, si un civil cristiano entraba voluntariamente al ejército, o si un soldado retirado regresaba al ejército por gusto propio, esa persona era excomulgada de la iglesia. Incluso hasta el siglo IV, ésta todavía era la política general de la iglesia.

¿Por qué la iglesia no les exigía a los soldados recién convertidos que abandonaran el ejército antes de bautizarlos? Porque normalmente un soldado servía un período de 25 años en el ejército. Por lo general, su única manera de salir del ejército era por medio de la muerte o por medio del cumplimiento de su servicio. Permanecer en el ejército sin usar la espada no hubiera sido tan difícil como podría parecernos a nosotros hoy día. Debemos recordar que el Imperio Romano se encontraba relativamente en paz durante este período del cristianismo primitivo, por tanto era muy posible que un cristiano pudiera pasarse toda su vida en el ejército sin que se le exigiera derramar sangre o emplear la violencia contra alguna persona. De hecho, durante el período del cristianismo primitivo, los soldados mayormente servían como encargados de mantener la paz civil y como ingenieros en la construcción de caminos, muros y acueductos.

En realidad, los primeros registros de cristianos en el ejército (c 170 d. de J.C.) afirman específicamente que los primeros cristianos se negaban a usar sus espadas y que solamente oraban. Dios contestó sus oraciones al enviar una lluvia intensa que hizo que los invasores se retiraran sin que hubiera una batalla.

Por favor, comprenda que no estoy diciendo que la posición de la iglesia primitiva después del año 170 d. de J.C. hacia los soldados recién convertidos era necesariamente la posición correcta. Solamente estoy diciendo que la posición de la iglesia primitiva no representaba una aceptación de la guerra ni tampoco expresaba un rechazo explícito de la no resistencia.


Cuando los reinos se oponen entre sí


Por no pertenecer a este mundo, el reino de Dios comúnmente entra en conflicto con los reinos de este mundo. Al igual que Pedro y los apóstoles, los primeros cristianosse negaron a violar cualquiera de los mandamientos de Jesús, incluso cuando el César lo exigía.

Orígenes escribió: “¿Qué tal si la ley de la naturaleza, o sea, la ley de Dios, manda que se haga lo que se opone a la ley escrita? Hasta la propia lógica nos dice que nos despidamos del código escrito (…) y que nos entreguemos a nuestro Legislador, Dios. Esto es así aun cuando al hacerlo sea necesario que nos enfrentemos a peligros, a innumerables pruebas, y hasta la muerte y la deshonra”.

Lactancio agregó: “Cuando los hombres nos mandan que actuemos contrario a la ley de Dios, y contrario a la justicia, ninguna amenaza o castigo que nos sobrevenga debe disuadirnos. Por cuanto preferimos los mandamientos de Dios a los mandamientos del hombre”.

En conclusión, la no resistencia y la separación del mundo fueron las prácticas históricas del cristianismo.



BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.
 

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