sábado, 15 de octubre de 2011

LA FALSA OBEDIENCIA


Ahora bien, cuando Jesús habla de obediencia, él se refiere a la obediencia verdadera, no a la obediencia fingida que está tan de moda en la actualidad. Sus verdaderos mandamientos son los que están escritos en el Nuevo Testamento. Sin embargo, el evangelio fácil de hoy dice que nosotros podemos desatender sus mandamientos escritos. La mayoría de los cristianos trata los mandamientos de Dios como si éstos fueran simplemente sugerencias. Lo que verdaderamente cuenta, según este evangelio popular, son los impulsos subjetivos que vienen a nuestras mentes. Éstos son supuestamente los verdaderos mandamientos de Jesús a los cuales tenemos que ser obedientes. Y debido a que éstos supuestamente son revelados personalmente a cada cristiano, cada persona es el único juez de lo que Dios le ha dicho que haga o no haga.

Es como el viejo cuento del rey que se vistió de un traje invisible. Millones de cristianos fingen que siguen obedientemente a Cristo, cuando lo cierto es que pasan por alto y pisotean sus enseñanzas. De hecho, ellos consideran que muchos de sus mandamientos son fastidiosos. Sin embargo, ellos obedecen los impulsos subjetivos que vienen a sus mentes, y al hacerlo se engañan creyendo que están obedeciendo a Jesús.

La verdad es que Jesús sí les da dirección personal a los profetas y a los que están cerca de él. Pero, ¿a quién dijo él que se manifestaría? “El que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14.21). 

Como leímos anteriormente, los que le aman son los que guardan sus mandamientos. Jesús les dijo a sus discípulos que “el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto” (Lucas 16.10). 

Si no podemos ser fieles en lo elemental, las instrucciones escritas que se aplican a todos los cristianos, simplemente nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que Jesús nos dará instrucciones adicionales y especiales.

Si no permanecemos en la vid, dando fruto, Jesús no se está manifestando en nosotros. En tal caso, la relación especial que creemos tener con Cristo es tan engañosa como la relación que muchos católicos creen tener con María.

 
BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.

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