La sociedad de nuestros días no admitiría que alguien sea quemado en la hoguera, pero la sociedad medieval sí quiso eso. La Iglesia sencillamente marchaba al son de las normas sociales de aquella época.
Pero, ¿justifica eso a la Iglesia? No, en absoluto. Los valores y los mandamientos que Jesús nos dio son permanentes; no cambian con la sociedad.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13.8).
Debido a que el reino de Dios no es de este mundo, las normas sociales que violan las normas del reino son irrelevantes.
Nadie justificaría a un cristiano que adore imágenes paganas sólo porque esa era la norma en la sociedad en que él vivía. Jesús no nos dijo: “Amad a vuestros enemigos… a menos que el gobierno y la Iglesia digan que los torturéis”.
BENDICIONES
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.
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