¿Espíritu o espíritu?
Nota cómo la versión en inglés New American Standard traduce Romanos 8:4-6:
“Para que la exigencia de la Ley pueda ser cumplida en nosotros, a los que no caminamos según la carne, sino según el Espíritu. Porque los que son de la carne fijan sus mentes en las cosas de la carne, pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque la mente fija en la carne es muerte, pero la mente fija en el Espíritu es vida y paz.”
Como puedes notar, los traductores de la New American Standard interpretaron a Pablo que éste estaba contrastando la carne con el Espíritu Santo. Y pueden estar en lo correcto.
Al mismo tiempo, Pablo pudo haber estado hablando de nuestro espíritu humano, contrastando nuestra carne con nuestro espíritu. Si eso es lo que Pablo quiso decir, entonces el mensaje a los romanos es considerablemente diferente de lo que predicaron los reformadores. Uno de los textos favoritos de Lutero era Romanos 7:18:
“Porque yo sé que nada bueno mora en mí, es decir, en mi carne.” ¿Está diciendo Pablo que nada bueno mora en el ser humano (como Lutero lo interpretó)? ¿O estaba diciendo que nada bueno mora en nuestra carne (contrastada con nuestro espíritu)? Esto no es simplemente una trivialidad técnica. Como dije antes, algunas doctrinas básicas de la Reforma pueden girar, si algunos de estos versículos están diciendo o Espíritu o espíritu.
La palabra “espíritu” puede incluso tomar un tercer significado: “Pero ahora que hemos sido librados de la Ley, hemos muerto a aquello que estábamos sujetos, de modo que sirvamos en el régimen nuevo del Espíritu y no en el régimen viejo de la letra” (Romanos 7:6).
Esta traducción de la New American Standard interpreta a Pablo como si estuviera contrastando el “régimen viejo de la letra” con el “régimen nuevo del Espíritu Santo.” Pero quizá estaba contrastando el régimen viejo de la letra literal de la ley con el régimen nuevo del espíritu de la ley. Un significado bastante diferente. Sin embargo, ninguna de las dos traducciones es lingüísticamente correcta.
Nuestro propósito hasta aquí no es desviarnos hacia una discusión teológica. Más bien, estoy ilustrando la falacia de nuestra afirmación de que nos apoyamos “sólo en la Biblia.” No tenemos otra opción, sino añadir algo a la Biblia. En lo más mínimo, tenemos que añadir una interpretación de cómo traducir el griego.
El problema de capitalizar las palabras no es el único problema de interpretación al traducir el griego antiguo. El griego del Nuevo Testamento no tiene comas ni comillas. En consecuencia, el traductor tiene que decidir dónde ubicar las comas y las comillas. Yo sé muy bien como abogado cómo la ubicación de una coma puede cambiar significativamente el significado de una oración.
No estoy mencionando todas estas cosas para estropear tu confianza en las Escrituras. Al contrario, deseo que tu confianza se base en la verdad y en un sano razonamiento, no en la ceguera. Nuestras traducciones de la Biblia necesitan decir las cosas de la manera como los apóstoles tenían pensado decirlas.
¿Una traducción de la iglesia primitiva?
Otra vez, nos encontramos a nosotros mismos en una coyuntura familiar en el camino: ¿Deberíamos apoyarnos en el entendimiento histórico de los primeros cristianos cuando traducimos el Nuevo Testamento? ¿O deberíamos apoyarnos en nuestros propios entendimientos? ¿Cómo podemos evaluar cuán bíblicas o no eran las enseñanzas de los primeros cristianos, sino hasta traducir la Escritura de la manera que ellos la entendieron?
Ha habido más de cincuenta diferentes traducciones del Nuevo Testamento al inglés. No obstante, ninguna de estas traducciones ha tenido el propósito de traducir el griego del modo como lo entendieron los primeros cristianos. Pero, ¿qué lugar mejor hay que ir a la evidencia histórica para saber cómo fueron usados y entendidos los términos del Nuevo Testamento por las personas que vivieron en aquella época?
¿Realmente pensamos que entendemos el griego informal del Nuevo Testamento mejor que los cristianos del segundo siglo? Recuerda, de la mayoría de ellos, el griego koine era su idioma de todos los días. ¿No nos enseñaría el sentido común que, puesto que el texto griego puede ser traducido en más de una manera (como Espíritu vs. espíritu), nosotros deberíamos apoyarnos fuertemente en su entendimiento sobre lo que los escritores bíblicos estaban diciendo, en lugar de apoyarnos en el nuestro? Después de todo, algunos de ellos tenían la oportunidad de pedir aclaraciones a Pablo.
En breve, muy pocas personas realmente utilizan “sólo la Biblia” como su única fuente de autoridad. En la vida real, la gran mayoría de lectores bíblicos añaden tradiciones e interpretaciones de traducción al texto literal de la Escritura. ¿No dispone el sentido común que deberíamos recurrir al registro histórico para nuestras tradiciones y traducciones? Pero todavía tú puedes tener algunas preguntas sinceras acerca de los escritos de la iglesia primitiva antes de precipitarse. Veamos algunas de las preguntas con las que frecuentemente se me interroga.
CONTINUA.....
BENDICIONES
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.
No hay comentarios:
Publicar un comentario