martes, 4 de octubre de 2011

"SOLO SCRIPTURA" UN MITO DESDE EL COMIENZO

Un mito desde el comienzo

 

“Sola Scriptura” (sólo la Escritura) fue el grito de guerra de la Reforma. No obstante, ese eslogan fue un mito desde el comienzo. Aunque uno de los logros notables de Martín Lutero fue su traducción de la Biblia al alemán, él se aseguró de que sus lectores no tuvieran “sólo la Escritura.” Él no quiso que sus lectores se acercaran a la Escritura con una mente en blanco. Y puesto que Lutero introdujo prólogos a cada libro bíblico de su traducción, aquellos prólogos alejaron la atención de sus lectores de las partes de la Escritura que no encuadraban con la teología de Lutero. Por ejemplo, en el prólogo al Nuevo Testamento, Lutero escribió: 

Sería justo y propio que este libro apareciera sin ningún prólogo y sin ningún nombre excepto los de sus escritores, y que comunicara sólo su propio nombre y su propio lenguaje. Pero muchas interpretaciones y prólogos fantásticos han llevado el pensamiento de los cristianos al punto donde no saben lo que es el evangelio y lo que es la ley. Ni saben lo que es el Antiguo Testamento, ni el Nuevo. Nos vemos obligados, por tanto, colocar anuncios o prólogos por medio de los cuales el hombre sencillo pueda dirigirse de nuevo en el camino correcto, dejando las ideas antiguas, de modo que no busque leyes y mandamientos donde debería estar buscando el evangelio y las promesas de Dios. . . . 
Si yo tuviera que vivir sin una de dos cosas- o sin las obras de Cristo o sin sus predicaciones- escogería vivir sin sus obras antes de vivir sin sus predicaciones. Pues sus obras no me ayudan, pero sus palabras me dan vida, como él mismo dice. Ahora Juan escribe muy poco de las obras de Cristo, pero mucho de sus predicaciones. Pero los otros evangelios escriben mucho de sus obras y poco de sus predicaciones. Por eso, el evangelio de Juan es el verdadero evangelio, amado y preferido mucho más que los otros tres, y estimado mucho más que ellos. Así mismo, las epístolas de Pablo y de Pedro superan a aquellos tres evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.
En resumen, el evangelio de Juan y su primera epístola, como también las epístolas de Pablo—especialmente Romanos, Gálatas y Efesios, con la primera carta de Pedro—son los libros que le enseñan de Cristo y le enseñan todo lo que es necesario y bueno que aprenda, aunque no tuviera los demás libros y no oyera nada de sus enseñanzas. Por tanto, la epístola de Santiago es epístola de paja comparado con aquéllas. Pues no contiene nada de la naturaleza del evangelio. 

Lutero afirmó que la única razón por qué él prefería el evangelio de Juan que los otros tres evangelios era que éste contenía más de la predicación de Jesús. Pero eso no es cierto. El evangelio de Mateo contiene casi el doble de la predicación de Jesús que el evangelio de Juan. Una persona no necesita ser muy lista para darse cuenta del verdadero motivo de Lutero. 

Los libros de la Biblia denigrados por Lutero fueron precisamente los que no apoyaban su teología.
La traducción de Lutero no fue “sola Scriptura,” y algunas de las otras primeras biblias protestantes tampoco lo fueron. William Tyndale produjo la primera traducción protestante de la Escritura en inglés. No obstante, en su traducción se encuentran notas marginales que añaden interpretaciones y comentarios polémicos al texto de la Escritura. Por ejemplo, al lado del texto de 1 Corintios 14:2, lo cual se refiere al hablar en lenguas, Tyndale escribió: 

“Hablar en lenguas o en el espíritu es para que otros no entiendan, como los sacerdotes en sus ceremonias. Hablar con el entendimiento es hablar para que otros entiendan, como el predicador en los cultos.” 

Al lado de Apocalipsis 7, Tyndale escribió: “Los profetas, los predicadores y los prelados de la iglesia son llamados ángeles…. Los buenos ángeles aquí en este libro son los verdaderos obispos y predicadores, y los ángeles malvados son los herejes y falsos predicadores.”

Si Tyndale hubiera creído en “sola Scriptura,” ¿por qué no fue capaz de permitir que la Escritura hablara por sí misma? 

La Biblia de Ginebra publicada primero en 1560, fue la obra de protestantes ingleses exiliados refugiados en Ginebra, Suiza. Esta Biblia contenía notas marginales que añadieron interpretaciones a la Palabra de Dios. Un ejemplo es la interpretación de 1 Corintios 14:1. Pablo había escrito a los corintios sobre el profetizar diciendo: “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.” La Biblia de Ginebra “ilumina” la palabra “profetizar,” comentando lo siguiente: 

“es decir, exponer la palabra de Dios para la edificación de la iglesia.”

Al lado de Apocalipsis 9:1 que habla de “una estrella que cayó del cielo a la tierra,” la Biblia de Ginebra, expresa:

“Es decir, los obispos y ministros que abandonan la adoración de Dios y caen del cielo y se convierten en ángeles de oscuridad.”


Lo que quiero mostrar no son los méritos de tales interpretaciones. Al contrario, sólo estoy destacando el hecho de que todas las primeras biblias protestantes más populares añadieron comentarios interpretativos a lo largo del texto de la Escritura. “Sola Scriptura” ha sido un mito desde el comienzo.


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.


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