El mito de “sola Scriptura”
Steve Scoggins es un cristiano honesto y bien versado en las Escrituras. Varios años atrás estaba compartiendo con él algunas de estas mismas cosas que he compartido contigo. Después de escuchar cortésmente por treinta minutos, ya no pudo mantenerse callado. Moviendo su cabeza en señal de desaprobación, se expresó con franqueza, diciendo:
“Lo siento. Todo ello es muy interesante, pero todo lo que necesito es mi Biblia. Yo no aceptaré nada, si no está en la Biblia.”
Notando que su Biblia se hallaba sobre la mesa al lado de él, le respondí: “Steve, busca un momento el primer libro del Nuevo Testamento.” Rápidamente lo hizo. “Dime, ¿quién escribió ese libro?,” le pregunté.
“Mateo,” respondió sin dudar.
“Ahora, dime porqué crees que Mateo escribió ese libro,” le pregunté.
“Bueno, porque así dice en el margen superior de la página,” respondió con una sonrisa.
“Steve,” expliqué, “ninguno de los nombres que usamos para los libros de la Biblia aparecen en los manuscritos originales. Por ejemplo, Pablo nunca escribió ‘1 Corintios’ en la parte superior de su carta a los corintios. No, todos los nombres de los libros de la Biblia son nombres que añadieron los hombres como medios para ayudarnos a identificar con facilidad aquellos libros.”
Él no me cuestionó en este punto; así que continué: “Ahora, dime, ¿por qué crees que Mateo escribió el primer libro del Nuevo Testamento?”
Steve rápidamente comenzó a hojear el evangelio de Mateo, con la seguridad de que encontraría un lugar donde el escritor se habría identificado así mismo. Pero no encontró nada.
Finalmente lo detuve: “Puedes buscar minuciosamente a través de todo el libro, pero no encontrarás ningún lugar donde se confirme quién es el escritor. Ahora, permíteme decirte por qué crees tú que fue Mateo quien escribió este libro. Tú lo crees así porque ¡los primeros cristianos dicen que Mateo lo escribió!”
Luego fuimos a través del mismo procedimiento con Marcos, Lucas, Juan y Hechos. En cada oportunidad la respuesta era la misma. En ninguno de aquellos libros el escritor se identifica así mismo. En cada caso hemos aceptado sin cuestionar el testimonio histórico de los primeros cristianos.
“Por tanto,” le pregunté, “¿aún sostienes que los escritores de los cuatro evangelios fueron Mateo, Marcos, Lucas y Juan?”
“¡Claro!,” respondió.
“Entonces sí aceptas cosas que no están en la Biblia, después de todo,” dije con una sonrisa.
Todos hacen esto. Si realmente vamos a aceptar sólo la Escritura, entonces tenemos que quitar los nombres de los evangelios “Mateo,” “Marcos,” “Lucas” y “Juan” de nuestras biblias. Tendríamos que reemplazarlos con “Primer evangelio,” “Segundo evangelio,” “Tercer evangelio” y “Cuarto evangelio.” Del mismo modo, “1 Juan,” “2 Juan” y “3 Juan” deberían ser listadas en nuestras biblias sencillamente como tres cartas anónimas.
Además, si vamos a rechazar el testimonio de los primeros cristianos, tendríamos que cuestionar todo nuestro canon del Nuevo Testamento. Algunos cristianos tienen la idea errada de que al fin de la era apostólica, los apóstoles entregaron a la iglesia una colección completa de escritos llamada el “Nuevo Testamento,” la cual contendría todos los libros que poseemos en nuestro Nuevo Testamento. Pero eso no es lo que sucedió.
Al contrario, las primeras congregaciones cristianas reunieron por separado las primeras cartas y relatos escritos por los apóstoles y los discípulos. Los apóstoles nunca dijeron a la iglesia cuáles escritos aceptar y cuáles rechazar. Los primeros cristianos tuvieron que decidir por ellos mismos cuáles eran los escritos originales de los apóstoles y cuáles no, lo cual no fue tarea fácil. Nuestro Nuevo Testamento actual se basa en listas compiladas por los primeros cristianos. Y nosotros confiamos fuertemente en su testimonio.
BENDICIONES
FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.
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